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viernes, 8 de diciembre de 2017

El simbolismo de la Diosa (2)

En el Génesis, en la descripción de la creación del Antiguo Testamento descubrimos que muchos de los elementos de los mitos más ancestrales han sufrido cambios fundamentales. En lugar de la Gran Diosa, la Madre de todas las criaturas, encontramos a Eva, que es una pecadora mortal. La compañera de la Diosa, la serpiente, se convierte en el símbolo del Mal. Yahvé es situado en el trono como el dirigente del mundo y Él, en un momento posterior, maldice no sólo a la mujer y a la serpiente, sino también a la tierra que los contiene. A la Diosa y a la creación se les priva de su santidad y son maldecidas para siempre.

La civilización occidental ha mostrado una actitud irrespetuosa, dominante, agresiva y violenta hacia la naturaleza, todo lo contrario a otras culturas, y las semillas de esta tendencia se plantaron aquí. Como Anne Baring y Jules Cashford han escrito:

“Si no se cree que la naturaleza es intrínsecamente divina, y en su lugar se cree sólo “creada” por la deidad como algo separado de la totalidad,… entonces apenas sorprende que estas culturas sean recordadas finalmente como mecanicistas. En consecuencia, la naturaleza ha sido progresivamente paganizada desde Augusto, pasando por Aquino, hasta el desarrollo de la ciencia a partir del siglo XVI y hasta nuestros días.”

El árbol de la vida y del conocimiento, que solía marcar el centro del universo conectando el macrocosmos y el microcosmos, perdió su signifi cado original en el Génesis.

Anne Baring y Jules Cashford señalan más adelante: “(…) En el mito del Edén, donde no existe la imagen unificadora de la diosa, de modo signifi cativo encontramos no un árbol, sino dos; o bien se podría afirmar que el único árbol ha dado lugar a dos, y ahora el fruto de ambos está prohibido.

En mitologías anteriores el único árbol ofrecía ambas cosas: el conocimiento y la vida, o la sabiduría y la inmortalidad. Ahora el conocimiento del bien y del mal se separa de la vida eterna, de modo que la percepción de dualidad se hace totalmente antitética a la percepción de unidad de la vida. (…) En mitos más antiguos el reflejo del misterio de la muerte lleva a un posterior reflejo del misterio de la vida y más aún, al misterio último del origen de existir más allá de la vida y de la muerte, por tanto guiando el corazón humano a su propio origen más allá de los contrarios de tiempo y eternidad. El mito del Génesis es único al tomar todas las imágenes reafirmantes de la vida de todos los mitos anteriores a él, es decir, el jardín, los cuatro ríos, el Árbol de la Vida, la serpiente y los padres del mundo, y hacer de ellos una ocasión no de gozo y maravilla sino de miedo, culpa y castigo. Y qué o quién es culpable sino precisamente la mujer y la serpiente, anteriores encarnaciones de la Diosa y su poder, dadores precisamente no de muerte sino de vida eterna.”

Sólo el nombre de la Diosa Madre permanece, Eva, “la madre de todo ser viviente”, nombre que Adán le concede. Sin embargo, Eva ya no fue adorada como la dadora de vida sino que fue vista como dadora de muerte y pecado.

Su falta se vio como la causante de que el ser humano hubiera sido expulsado del jardín del Edén. Su pecado es la causa de la irreversible separación del creador de su creación.

Si observamos atentamente la historia de la creación, notamos una clara contradicción entre la imagen que vemos y la historia que oímos: “y de la tierra el Señor Dios hizo crecer todo árbol que fuera agradable a la vista y diera buen fruto; el Árbol de la Vida también en medio del jardín, y el árbol del conocimiento del bien y del mal.” (Gen. 2:9) Según el Génesis el Árbol de la Vida está en el centro del jardín y el árbol del conocimiento crece más allá, en algún punto indefinido. Yahvé dio la orden: “podéis comer de cualquier árbol del jardín; pero del árbol del conocimiento del bien y del mal, no comeréis.” (Gen. 2:16,17).

Pero como Eva le dijo a la serpiente: “podemos comer del fruto de todos los árboles del jardín. Pero del fruto del árbol que está en medio del jardín, Dios ha dicho: “no comeréis de él, ni tampoco lo tocarás, o morirás”.(Gen. 3:2,3) Parece evidente, pues, que éste es el árbol del conocimiento, que está en medio del jardín.

El eje o pilar central del mundo está representado por el Árbol de la Vida en un momento determinado, y por el árbol del conocimiento en otro. Descubrimos que han sido y todavía son esencialmente uno y el mismo. Si miramos las pinturas del jardín del Edén, el cual ha sido representado por numerosos artistas a lo largo de muchos siglos, vemos un solo árbol en la mayoría de los casos. El arquetipo general de un único árbol se resiste a desaparecer. E.A.S. Butterworth sugiere lo siguiente: “que Eva es de hecho la deidad que habita el Árbol de la Vida no es una sugerencia nueva… Ya nos hemos dado cuenta de la asociación de la Gran Madre con un árbol sagrado en Oriente Próximo:

Eva, la madre de todo ser viviente, ciertamente no es nada diferente a éstos. Podemos ir más allá: la serpiente y Eva conversan juntas, pero Adán y la serpiente nunca hablan entre sí. Eva es la intermediaria, y cuando Dios llama a Adán para dar cuenta, éste afirma que la mujer le tentó, no que la serpiente tentara a la mujer. Parece que la mujer y la serpiente, aunque diferenciados en el juicio de Dios sobre Adán y Eva, pueden ser con propiedad una y la misma. Si el árbol se equipara con el monte Meru, el Meru es la forma macroscópica del Merudanda, la columna vertebral. Y si la serpiente femenina Kundalini habita el Sushuma dentro del Merudanda; y si se cree que en momentos importantes la mujer mora en el interior del tronco del árbol, entonces con casi total certeza se llega a la conclusión de que la mujer y la serpiente son lo mismo.

En el jardín del Edén podemos sostener con firmeza que eran originalmente idénticas. (…) Eva y la serpiente son en esencia lo mismo que la Kundalini.” La interpretación de E.A.S. Butterworth puede servir de ayuda para entender la imagen de William Blake sobre Eva.

El arcaico mito se había basado en los elementos de los padres originales; el jardín, el árbol y la serpiente simbolizaban el ciclo eterno de la vida, la muerte y el renacimiento a la vida eterna. Ahora el significado se invierte.

Sin embargo, en el Antiguo Testamento Yahvé se asegura de que Adán y Eva no tendrán ocasión de comer del Árbol de la Vida, y los expulsa del jardín poniendo en la puerta a dos querubines con espadas llameantes para guardar el sendero al Árbol. Se ha prohibido al género humano el acceso directo al Árbol de la Vida y del Conocimiento, lo que significa el acceso a la iluminación y a la vida eterna.

Anne Baring y Jules Cashford han señalado: “todavía continúa la cuestión sobre lo que se ha conseguido invirtiendo el significado de aquellas imágenes que, evidentemente, aún podrían mover el corazón, aunque ya no podrían consolar la mente. También surge una cuestión más general sobre si las imágenes y los símbolos tienen un significado inherente propio, para que no puedan ser simplemente invertidos sin violación. Para Yeats, las imágenes son “almas vivientes”. Para Jung, también los símbolos no pueden ser ideados o no ideados, sino que son “productos espontáneos” de la Inconsciencia Colectiva.”

El gran erudito Joseph Cambpell habló sobre el sentimiento que resulta de revertir esta imagen y él lo llamó “discordia nerviosa”. Es esa ligera sensación de malestar que muchos sienten al leer la historia de la creación: “en consecuencia, hay una ambivalencia inherente en muchos de los símbolos básicos de la Biblia que no puede suprimir ningún énfasis retórico sobre la interpretación patriarcal. Dirigen un mensaje pictórico al corazón que es exactamente contrario al mensaje verbal que va al cerebro.”
Sin embargo, este nuevo mito jugó un importante papel en el desarrollo de la visión de vida judeo-cristiana e islámica, así como en las bases de muchos conceptos occidentales.

Los patrones de la relación entre el hombre y la mujer, la relación entre el hombre y Dios, y el hombre con la naturaleza se formaron aquí. El Génesis fue importante en el desarrollo de la idea de libertad humana e igualdad, que más tarde se desarrollaron en ideas de democracia y derechos humanos. Pero es también una de las razones por las que la religión occidental y la filosofía dudan o niegan al hombre la habilidad de saber la verdad absoluta.

Como hemos visto, la imagen y la palabra se contradicen mutuamente. A lo largo de los pasados dos mil años se nos ha enseñado a creer la “palabra” en lugar de la “imagen” (o la mente y no el corazón). Esta puede ser una razón por la que la gente occidental experimenta una fisura tan profunda entre corazón y mente, sentimientos y razón, cuerpo y alma; se les ha enseñado a creer un mensaje que es contradictorio en sí mismo.  “GENESIS AND THE OLD TESTAMENT,” M. S. JONES.


William Blake. Eva tentada por la serpiente (1799-1800). Victoria and Albert Museum (Londres).

En el cuadro de William Blake se observa que la luna se ha oscurecido; a la izquierda se encuentra el Árbol de la Vida y del Conocimiento; a la derecha discurren las Aguas de la Vida. La enorme serpiente enrollada en numerosas espirales detrás de Eva parece estar protegiéndola, como de forma semejante la serpiente protege a la deidad en las imágenes indias. El gesto de Eva parece ser inocente, lleno de gozo y bastante triunfante; ciertamente no encontramos en ella ningún rastro de pecado o culpa.



sábado, 2 de diciembre de 2017

Personaje del mes: Guru Nanak



(1469 – 1539 d. C.) Su nacimiento estaba profetizado en diferentes escrituras a lo largo de la historia, vio la luz en el seno de una familia de la casta de comerciantes. De carácter pacífico y místico, desde Temprana edad, se reunía con hindúes y musulmanes con el fin de adorar conjuntamente a Dios.

Dio testimonio de la gloria de Dios y de la ley de la fraternidad y el amor humanos. El amor a Dios y el amor al ser humano fueron la verdadera esencia de su mensaje.

Nacido hindú, pero inspirado por las enseñanzas del Islam, comenzó a predicar un mensaje de unidad de ambas religiones que hizo que floreciera, de esta manera, una nueva tradición religiosa llamada Sikhismo.

Guru Nanak nació en un momento crucial. Había luchas continuas, los mongoles avanzaban, los hindúes y musulmanes estaban en amarga oposición, la diferencia entre las castas crecía, la religión era un formalismo donde el espíritu del hombre estaba acallado y sofocado por ritos y rituales, credos y ceremonias. La gente estaba perdiendo la fe en sí mismos y la condición social y política del país era decadente.

Nanak vino a proclamar que la libertad verdadera y perdurable no se puede lograr sin tener fe en la solidaridad y libertad de la humanidad. Encontró el remedio para la verdadera solidaridad y la integración del ser humano en el amor a Dios, y en el amor y servicio a Dios en el hombre.

A los 16 años contrajo matrimonio con la hija de un piadoso mercader con la que tuvo varios hijos. En 1499 comenzó numerosos viajes para extender el mensaje de Dios en la forma de himnos musicales. Eligió este medio porque lo consideraba fácilmente comprensible para la gente de la época.

Guru Nanak utilizó el concepto de maya (“ilusión”). El mundo se nos manifiesta como si fuera real, pero la auténtica realidad es sólo la de Dios. El mundo material es una ilusión que impide a muchos seres humanos, abandonados a los placeres materiales, ver la realidad auténtica y única de Dios. La fe sikh conserva la creencia hindú en la reencarnación, pero considera que el ser humano puede liberarse del ciclo de reencarnaciones mediante la virtud, que le permite alcanzar la morada del amor de Dios.

Este cuerpo es en verdad el templo de Dios en el cual residimos y Dios también mora en él. El Universo entero es la morada de Dios. Todo esto se puede experimentar a nivel del Espíritu. Mientras no percibamos esta unidad con el ser humano a nivel físico, mental y espiritual, por el mismo Poder o Naam (el Verbo) que está dentro de nosotros, no podrá haber verdadera integración y solidaridad de la humanidad.

Experiencia directa de la divinidad

Nanak puso mucho énfasis en la experiencia directa de la divinidad que se halla dentro de nosotros; la simple lectura de las escrituras sagradas y la observancia de ritos y rituales de culto, no pueden tomar el lugar de la Realidad.

Éstos son pasos elementales pero no suficientes. Nanak era un santo poeta del secreto abierto, un predicador del Espíritu y del Poder de Dios que vivifica a la humanidad.

Fue de un lugar a otro entonando el sagrado “Nombre” y predicando el amor a Dios. Visitó lugares hindúes de peregrinación, santuarios musulmanes y otros lugares sagrados amándolos por igual. En la Meca enseñó la doctrina de la unidad y pronunciaba el nombre de “Alá” con la misma reverencia con que pronunciaba “Hari” ya que consideraba que todos invocan al mismo Dios con diferentes nombres. Enseñó a la gente que en el Verbo Sagrado está oculto un gran poder curativo que sana todos los males de la vida.

Dios es Amor, y el camino de regreso a Dios también es por medio del amor. Él fue amor personificado e inspiró amor a todos, escribió: _Dondequiera que dirijo mis ojos, ahí estás Tú. Separado de Ti, enloquezco y muero”.

Para alcanzar a Dios enseñó que uno debe recorrer el sendero de amor. Ama a Dios, y si amas a otros: tus hijos, amigos o parientes, ámalos por amor a Él. Desarrolla por Él un anhelo y ansia intensa y se te revelará.

Nanak fue un profeta de la “vida interna” y apremiaba a que lo interno debería expresarse, no en credos, dogmas, ritos ni rituales, sino en servicio humilde en el amor a Dios.

Disciplina espiritual

Para la meditación, Nanak prescribió un curso regular de disciplina espiritual:

• Lo primero es la devoción al Naam. Las cualidades que se requieren de un devoto del sendero espiritual son: La pureza en pensamiento, palabra y acción es el primer requisito para el inicio en una vida más elevada. Cristo también dijo: “Bienaventurados los puros de corazón, porque ellos verán a Dios”. La pureza es verdaderamente la llave que abre la puerta de la meditación que conduce a la mansión del Señor.

• En segundo lugar, uno debe desarrollar paciencia y perseverancia para tolerar con alegría cualquier cosa buena o mala que pueda sobrevenir como una reacción de nuestras acciones.

• En tercer lugar, uno debe tener el control sobre sus pensamientos, desechando todos los deseos con el fin de consolidar el equilibrio de la mente.

• En cuarto lugar, una constante práctica diaria de la presencia de Dios Viviente mediante la comunión con el Verbo, con una fe plena en el Poder Maestro.

• En quinto lugar, debe uno vivir en sagrada veneración de su presencia que estimula a realizar esfuerzos infatigables para lograr la unión final con Él, y por encima de todo, debe uno amar a Dios con una intensidad tal, que llegue a desechar toda la escoria que hay en nosotros, dejándonos libres para proseguir sin obstáculos hacia su reino.

En los últimos años de su vida se estableció en Kartarpur como agricultor. Era un verdadero campesino que después de “formar al hombre” y “servir al hombre”, se dedicó a servir a la tierra lo que le parecía mucho mejor que trabajar sólo como predicador. Dio ejemplo con su trabajo para alimentar al pobre y al necesitado. Instituyó el “Langar”, sistema de alimentación gratuita a la comunidad, “el pan es del Señor y el Bienaventurado esta en la gente”.

Avanzado en años, Nanak se desplazaba a pie todos los días trabajando en las granjas, entonando himnos del Naam y respirando la bendición del amor. El Guru era una imagen de humildad y sus seguidores, en un espíritu de entrega, trabajaban con humildad en una mezcla de trabajo voluntario y adoración a Dios, amor y labores, silencio y canto, sin pompa ni ostentación, en la quietud de la naturaleza. Desde allí se esparció por todo el Punjab el fuego del amor a Dios y al hombre. El rostro de Guru Nanak brillaba con la sencillez y serenidad que nacían de la santidad que había en Él.

Preceptos diarios

Sobre la forma de vivir con éxito la vida decía como preceptos diarios:

• Kirat Karo: Gana el sustento con medios honestos y justos. Sin desear ni anhelar, y menos tomar, lo que pertenece a otros. Sin usurpar tampoco los derechos de los demás ya que quienes se enriquecen con ganancias mal habidas nunca pueden tener un corazón puro. No hace falta la renunciación ostentosa como medio para la Realización; ésta es posible para todos por igual. Lo que cuenta es tu pureza de corazón a través de tus acciones virtuosas, no  los distintivos religiosos que uno pueda llevar. “Solamente los hechos se pesan en las balanzas divinas y son los que determinan el lugar de cada uno en relación a Dios”.

• Naam Japo: Es necesario entonar el Nombre pero siempre desde la pureza del corazón y la lengua. Sin esto todas nuestras oraciones, por muy largas que fueran y muy fuerte la voz, nunca darían fruto. Cuando todos los esfuerzos fallan, la oración triunfa. Siéntate en silencio todos los días y ora a Dios para acercarte cada día más a Él.

• Vand Chhako: Comparte el fruto de tu labor como expresión de tu amor y tu compasión para con la humanidad. Nanak hacía énfasis en el desarrollo de la vida de Espíritu para todos los hombres y mujeres verdaderos. Tales personas no sólo viven para sí mismas, sino para los demás. “No te inclines ante quien pretenda ser un hombre-Dios y viva de la caridad de otros. El que se gana el sustento con el sudor de su frente y lo comparte con todos, puede conocer el camino que lleva a Dios.” Su definición de un hombre verdaderamente grande era la de alguien que ha renunciado a todos sus deseos y no se preocupa por el fruto de sus acciones.

Al buscador le ordenaba que cultivara la pureza de corazón por encima de cualquier otra cosa. El Gurú dice, “La verdad es valiosa, pero todavía más valioso es el vivir honestamente”.

Momento de su partida

Cuando llegó su momento de partir le fue indiferente la ceremonia que hicieran para disponer de su cuerpo. Los hindúes querían hacer una cremación y los musulmanes enterrarle. Sólo pidió bendiciones y flores: “Poned flores a cada lado de mi cuerpo, los hindúes a mi derecha y los musulmanes a mi izquierda. Aquéllos cuyas flores se conserven frescas mañana aplicarán sus deseos”. Entonces les pidió que rezaran y le cubrieran con una sábana. El 22 de septiembre de 1539 en las primeras horas de la mañana, Guru Nanak se fundió con la Luz Eterna del Creador.

Cuando sus seguidores levantaron la sábana no encontraron nada más que flores que estaban todas frescas. Los hindúes tomaron las suyas e hicieron una cremación con ellas.

Él veneró a todas las religiones, respetó a los santos de todos los tiempos y lugares. No enseñó ningún credo nuevo; predicó el amor, la fe y las acciones nobles. Para Él toda la gente era Dios. En los hindúes y en los musulmanes contempló la visión de Dios en el hombre. A todos los países y a toda la gente les cantó la melodía del Naam o el Sagrado Verbo.

Discutió el verdadero significado del ascetismo. Para Él no estaba en el tipo de ropa, ni en la cabeza rapada, ni en soplar una concha, ni en las palabras, ni en los baños en los sitios de peregrinaje sino en permanecer puro en medio de las impurezas.

Defendía que el carácter noble es una prueba más real para la grandeza humana que el nacimiento noble. Nanak fue el profeta de la paz y buena voluntad, de la armonía y la unidad. Dio luz a todos y su trabajo de amoroso servicio a la humanidad, como manifestación del Inmanifestado, lo continuaron en forma vigorosa sus sucesores.

Guru Arjan Dev Ji Maharaj, el quinto en la línea de sucesión de Nanak, recopiló los dichos de los Maestros en el sagrado Granth, la Biblia de los Sikhs, incluyendo asimismo en él los dichos de varios santos de otras  religiones.

Así, en el sagrado libro colocó los cimientos de espiritualidad y sabiduría que nos ha llegado a través de los siglos y es considerado el Eterno Guru para siempre.


El Amor no busca recompensa. Es una recompensa en sí mismo.