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lunes, 1 de agosto de 2016

Personaje del mes: Abraham

Patriarca bíblico, progenitor de los hebreos, rey de Babilonia y perteneciente a una sociedad nómada según el libro del Génesis, vivió entre los años 2.000 y 1.500 antes de Cristo.
Debido a que el relato bíblico de su vida (Génesis) se basa en tradiciones conservadas por trasmisión oral más que en documentos históricos, no puede escribirse una biografía tal y como hoy la conocemos.

Según la tradición conservada, Abraham murió a la edad bíblica de ciento setenta y cinco años y tuvo una vida admirable que le mereció el sobrenombre de “Padre de los creyentes” siendo aceptado por cristianos, musulmanes y judíos como encarnación del hombre de fe inquebrantable.

Llamado Abram originalmente, fue hijo de Terah, descendiente de Shem y criado en la pequeña ciudad de Ur de Caldea. Allí, y como el resto de sus compatriotas, adoró a los muchos dioses que se creía tenían el control sobre las diferentes partes de la naturaleza.

En esta misma ciudad, Abraham en su afán de búsqueda, encontró al único Dios que parecía tener control no sólo sobre toda la naturaleza sino también sobre toda la historia.

Nadie está seguro de cómo o cuando Abraham dejó de creer en muchos dioses y empezó a creer en el único Dios y, aunque su experiencia no puede ser fechada exactamente, parece que ocurrió en algún momento entre el año 2000 y 1800 antes de Cristo, período en el cual Abraham salió de la ciudad de Ur y viajó mil millas hacia la ciudad de Hebron, lugar en el cual Dios le revelaría que sus descendientes estarían protegidos y que, con el tiempo, llegarían a ser una gran nación.

Esta experiencia de Abraham significó el comienzo de la nación judía (Abraham es considerado como uno de los patriarcas judíos - figura de padre -. Los otros dos patriarcas judíos son Isaac - el hijo de Abraham - y Jacob - el hijo de Isaac -).


Lo más importante en la vida de Abraham es su proclamación del monoteísmo y su actitud de entrega completa a Dios: Por la obediencia, sustentada en la fe, se dirige hacia el cumplimiento de todas las promesas divinas impulsado por la esperanza de que se realizarán. Las promesas de Dios a Abraham son la base del evangelio de Cristo.

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