Nació en
Calcuta, 12 de enero de 1863, fue
el primer religioso hinduista en viajar a Occidente siendo el más famoso
de los líderes espirituales
indios del
siglo XIX.
Desde joven mostró
una mente precoz y una memoria excelente. Practicó meditación desde edad muy
temprana. En la escuela era bueno en los estudios y también en juegos de varias
clases. Organizó una compañía de teatro amateur y un gimnasio y tomó lecciones
de esgrima, lucha, remo y otros deportes. También estudió música instrumental y
vocal. Ya desde joven reflexionaba sobre la validez de las costumbres
supersticiosas y de la discriminación basada en casta. En 1879 Narendra ingresó en el Presidency
College de Calcuta para estudios superiores, y un año después ingresó en la
Facultad de la Iglesia Escocesa de Calcuta, donde estudió filosofía, lógica
occidental, filosofía occidental e historia europea y mundial.
Quizas lo que marco la vida espiritual
de Narendra fue el encuentro que tuvo con el sabio
Ramakrishna en noviembre de
1881. Vivekananda quería constatar la
existencia de Dios e hizo a Ramakrishna la misma pregunta que había hecho
tantas veces a otros: «Mahashaia [venerable señor], ¿usted ha visto a Dios?»
2 La respuesta instantánea de
Ramakrishna fue: «Sí, veo a Dios como te veo a ti aquí, solo que de manera
mucho más intensa. Se puede conocer a Dios, se puede ver a Dios y hablar con Él
como te estoy viendo y hablando a ti, pero ¿a quién le importa? La gente
derrama torrentes de lágrimas por esposas, hijos, riquezas o prosperidad, pero
¿quién hace lo mismo por Dios? Dios se manifiesta con toda seguridad a todo el
que llora por Él».
Narendra quedó asombrado y
desconcertado. Sentía que las palabras de este hombre eran sinceras y venían de
la profundidad de la experiencia y comenzó a visitar a Ramakrishna con
frecuencia. Al principio no podía creer que un hombre tan sencillo hubiera
visto a Dios pero gradualmente empezó a tener fe en lo que decía Ramkrishna.
Durante los cinco
años de su educación bajo Ramakrishna, Narendra pasó de ser un joven agitado,
desconcertado e impaciente a ser un hombre maduro y preparado para renunciar a
todo por conseguir realizar a Dios. Ramakrishna falleció en agosto de 1886 y
después Narendra y un grupo de los principales discípulos de Ramakrishna
tomaron votos monásticos renunciando a todo, y empezaron a vivir en una casa
(supuestamente hechizada) en Baranagar (Baranagore). Pedían limosna para calmar el hambre y
sus demás necesidades eran asumidas por otros discípulos más ricos con familia.
El joven monje de Baranagore pronto sintió deseos de vivir la vida de monje
errante con ropa humilde, una fuente para limosnas y ninguna otra propiedad. En
julio de 1890, Vivekananda emprendió un largo viaje sin saber adónde lo
llevaría. El viaje lo llevó a lo largo y ancho del subcontinente indio. Durante
esta época, Vivekananda tuvo varios nombres como Vividisha Ananda (en sánscrito, vividisha significa ‘deseo de
conocimiento’ y ananda ‘dicha’),
Sat Chid Ananda, etc. Se dice que el rey o maharajá de Khetri le dio el nombre
de Viveka Ananda por su discernimiento de las cosas buenas y malas.
Durante estos días errantes, Vivekananda vivió en palacios de reyes y en
chozas de pobres. Entró en contacto cercano con la cultura de las diversas
regiones de la India y las diversas clases sociales. Vivekananda observó el
desequilibrio en la sociedad y la tiranía en nombre de las castas y se dio
cuenta de la necesidad de una renovación nacional si la India quería
sobrevivir. Llegó a Kanyakumari, la punta del extremo sur del subcontinente
indio el 24 de diciembre de 1892. Atravesó el mar nadando hasta una roca
solitaria y allí empezó a meditar. Meditó durante tres días, y posteriormente
dijo que meditó acerca del pasado, presente y futuro de India. La roca llegó a
ser el monumento a Vivekananda en Kanyakumari.
Vivekananda fue a Chennai / Madrás y habló a los jóvenes de Madrás sobre
sus planes para la India y el hinduismo. Quedaron impresionados por el monje y
le instaron a ir a los Estados Unidos para representar al hinduismo en el
Parlamento Mundial de las Religiones. El Rajá de Ramnad, que fue invitado
primeramente para la conferencia, promovió a Vivekananda como persona más
adecuada para representar la visión del hinduismo en el Parlamento. Así,
ayudado por sus amigos en Chennai, Bhaskara Sethupathi, el Rajá de Ramnad y los
Maharajás de Mysore y Khetri, Vivekananda se puso en marcha rumbo a Estados
Unidos.
En uno de sus discursos en California, el swami describió su experiencia de
la vida errante de la siguiente manera:
“Muchas veces he estado
a punto de morir de hambre con los pies doloridos y fatigado; durante días y
días no tenía que comer, y a menudo no podía caminar más; me hundía bajo un
árbol, y la vida parecería irse poco a poco. No podía hablar, apenas podía pensar,
pero por fin la mente volvía a la idea: «No temo a la muerte; nunca nací, nunca
moriré; nunca tengo hambre ni sed: ¡soy él! ¡soy él! La naturaleza entera no me
puede aplastar; es mi sirviente. ¡Afirma mi fuerza, señor de señores, dios de
dioses! ¡Recupera tu imperio perdido! ¡Levántate y no pares!». Y me levantaba
con fuerza nueva; y aquí estoy ahora, ¡vivo! Así, siempre que venga la
oscuridad, afirma la realidad y toda adversidad desaparecerá. Porque al fin y
al cabo es solo un sueño. Aunque las dificultades parezcan tan grandes como las
montañas, y aunque las cosas parezcan terribles y oscuras son solamente maia [ilusión]. No tengas miedo y desaparecerán.
Aplástalas y se evaporarán. Pisotéalas y morirán”
Vivekananda
quería que cada uno reconociera su naturaleza divina y se erigiera como un faro
en la costa, arrojando luz para guiar a otros a través de la oscuridad del
océano del mundo.
Amaba
a Dios en todas sus manifestaciones, pero especialmente en su pura expresión
humana. Invocó como uno, sino el único, de los principios de la Orden, el del
servicio a Dios en el hombre, destacando que servicio y adoración son uno.
Quería que cada uno se volviera consciente de su propia fuerza espiritual como
la de otros y que manifestara esta conciencia en un incansable servicio a la
humanidad toda.
Enseñanzas de Swami Vivekananda
“La religión no
está en los libros, las teorías ni los dogmas; no se halla en las charlas; ni
en el razonamiento. Es ser y transformarse”.
“Infinitos
poder, existencia y dicha son nuestros, no tenemos que conseguirlos, nos
pertenecen, sólo tenemos que manifestarlos”.
“Se un ateísta
si quieres, pero no creas en nada a ciegas”.
“No creo en un
Dios o en una religión que no puede secar las lágrimas de la viuda o llevar un
pedazo de pan a la boca del huérfano”.
“Cuando juzgamos
a otros lo hacemos desde nuestros propios ideales. No debería ser así. Cada uno
debe ser juzgado de acuerdo con su ideal y no por los de algún otro”.
“Aquel que no
tiene fe en sí mismo nunca podrá tener fe en Dios”
“El primer signo
de que te estás volviendo religioso es que te has vuelto alegre. Cuando un
hombre es cabizbajo, puede ser por dispepsia, pero esto no es religión”.
“El Dios
viviente está dentro tuyo”.
“Manifiesta la
divinidad que hay en tu interior y todo se acomodará armoniosamente alrededor”.
“Sólo adora a
Dios aquel que sirve a todos los seres”.
Swami Vivekananda en la Expresión de
Personalidades Famosas
“He leído
los trabajos de Swami Vivekannda con toda atención y luego de terminar, el amor
que antes tenía por mi país se volvió mil veces mayor. . . . Sus escritos no
necesitan introducción. Ellos hacen su propio e irresistible llamado”.
—Mahatma Gandhi
“¿Dónde se
puede encontrar un hombre como él? Estudia lo que él ha escrito y aprende de
sus enseñanzas, si lo haces ganarás en tremenda fortaleza. Aprovecha la fuente
de sabiduría y Espíritu y el fuego que emana a través de Vivekananda”.
—Jawaharlal Nehru
“Tengo el
especial privilegio de haber sido introducida a los escritos, dichos y la vida
de Swami Vivekananda y de la Misión Ramakrishna. Esto sucedió cuando yo era muy
pequeña. De hecho mis padres, especialmente mi madre tenía una conexión muy
próxima con la Misión. Y puedo ciertamente decir que las palabras de Swami
Vivekananda inspiraron a toda mi familia y a nuestro trabajo político tanto
como a nuestras vidas cotidianas”.
—Indira Gandhi
“El libro
de Vivekananda es más que agradable, es una expansión del alma”.
—Leo Tolstoy
“El modelo
de todos los sistemas de Unidad es la filosofía Vedanta de India y el modelo de
los misioneros de Vedanta fue Swami Vivekananda. Él es simplemente una
maravilla de poder oratorio. . . . el Swami es un honor para la humanidad”.
—William James
“Es muy
difícil evaluar su importancia en la escala de la historia mundial. Es
ciertamente más grande de lo que cualquiera de las crónicas históricas de
occidente o de la India ha sugerido en el momento de su muerte. El paso de los
años y de muchos maravillosos e inesperados eventos que han ocurrido sugieren
que en los siglos por venir él será recordado como uno de los principales
modeladores del mundo moderno, especialmente en lo que a Asia concierne, y como
una de las figuras más significantes en la historia toda de la religión de la
India”.
—A.L. Basham
“Una de
las figuras históricas más grandes que India ha producido”.
—Christopher Isherwood
Fuentes: