Buscar este blog

viernes, 8 de diciembre de 2017

El simbolismo de la Diosa (2)

En el Génesis, en la descripción de la creación del Antiguo Testamento descubrimos que muchos de los elementos de los mitos más ancestrales han sufrido cambios fundamentales. En lugar de la Gran Diosa, la Madre de todas las criaturas, encontramos a Eva, que es una pecadora mortal. La compañera de la Diosa, la serpiente, se convierte en el símbolo del Mal. Yahvé es situado en el trono como el dirigente del mundo y Él, en un momento posterior, maldice no sólo a la mujer y a la serpiente, sino también a la tierra que los contiene. A la Diosa y a la creación se les priva de su santidad y son maldecidas para siempre.

La civilización occidental ha mostrado una actitud irrespetuosa, dominante, agresiva y violenta hacia la naturaleza, todo lo contrario a otras culturas, y las semillas de esta tendencia se plantaron aquí. Como Anne Baring y Jules Cashford han escrito:

“Si no se cree que la naturaleza es intrínsecamente divina, y en su lugar se cree sólo “creada” por la deidad como algo separado de la totalidad,… entonces apenas sorprende que estas culturas sean recordadas finalmente como mecanicistas. En consecuencia, la naturaleza ha sido progresivamente paganizada desde Augusto, pasando por Aquino, hasta el desarrollo de la ciencia a partir del siglo XVI y hasta nuestros días.”

El árbol de la vida y del conocimiento, que solía marcar el centro del universo conectando el macrocosmos y el microcosmos, perdió su signifi cado original en el Génesis.

Anne Baring y Jules Cashford señalan más adelante: “(…) En el mito del Edén, donde no existe la imagen unificadora de la diosa, de modo signifi cativo encontramos no un árbol, sino dos; o bien se podría afirmar que el único árbol ha dado lugar a dos, y ahora el fruto de ambos está prohibido.

En mitologías anteriores el único árbol ofrecía ambas cosas: el conocimiento y la vida, o la sabiduría y la inmortalidad. Ahora el conocimiento del bien y del mal se separa de la vida eterna, de modo que la percepción de dualidad se hace totalmente antitética a la percepción de unidad de la vida. (…) En mitos más antiguos el reflejo del misterio de la muerte lleva a un posterior reflejo del misterio de la vida y más aún, al misterio último del origen de existir más allá de la vida y de la muerte, por tanto guiando el corazón humano a su propio origen más allá de los contrarios de tiempo y eternidad. El mito del Génesis es único al tomar todas las imágenes reafirmantes de la vida de todos los mitos anteriores a él, es decir, el jardín, los cuatro ríos, el Árbol de la Vida, la serpiente y los padres del mundo, y hacer de ellos una ocasión no de gozo y maravilla sino de miedo, culpa y castigo. Y qué o quién es culpable sino precisamente la mujer y la serpiente, anteriores encarnaciones de la Diosa y su poder, dadores precisamente no de muerte sino de vida eterna.”

Sólo el nombre de la Diosa Madre permanece, Eva, “la madre de todo ser viviente”, nombre que Adán le concede. Sin embargo, Eva ya no fue adorada como la dadora de vida sino que fue vista como dadora de muerte y pecado.

Su falta se vio como la causante de que el ser humano hubiera sido expulsado del jardín del Edén. Su pecado es la causa de la irreversible separación del creador de su creación.

Si observamos atentamente la historia de la creación, notamos una clara contradicción entre la imagen que vemos y la historia que oímos: “y de la tierra el Señor Dios hizo crecer todo árbol que fuera agradable a la vista y diera buen fruto; el Árbol de la Vida también en medio del jardín, y el árbol del conocimiento del bien y del mal.” (Gen. 2:9) Según el Génesis el Árbol de la Vida está en el centro del jardín y el árbol del conocimiento crece más allá, en algún punto indefinido. Yahvé dio la orden: “podéis comer de cualquier árbol del jardín; pero del árbol del conocimiento del bien y del mal, no comeréis.” (Gen. 2:16,17).

Pero como Eva le dijo a la serpiente: “podemos comer del fruto de todos los árboles del jardín. Pero del fruto del árbol que está en medio del jardín, Dios ha dicho: “no comeréis de él, ni tampoco lo tocarás, o morirás”.(Gen. 3:2,3) Parece evidente, pues, que éste es el árbol del conocimiento, que está en medio del jardín.

El eje o pilar central del mundo está representado por el Árbol de la Vida en un momento determinado, y por el árbol del conocimiento en otro. Descubrimos que han sido y todavía son esencialmente uno y el mismo. Si miramos las pinturas del jardín del Edén, el cual ha sido representado por numerosos artistas a lo largo de muchos siglos, vemos un solo árbol en la mayoría de los casos. El arquetipo general de un único árbol se resiste a desaparecer. E.A.S. Butterworth sugiere lo siguiente: “que Eva es de hecho la deidad que habita el Árbol de la Vida no es una sugerencia nueva… Ya nos hemos dado cuenta de la asociación de la Gran Madre con un árbol sagrado en Oriente Próximo:

Eva, la madre de todo ser viviente, ciertamente no es nada diferente a éstos. Podemos ir más allá: la serpiente y Eva conversan juntas, pero Adán y la serpiente nunca hablan entre sí. Eva es la intermediaria, y cuando Dios llama a Adán para dar cuenta, éste afirma que la mujer le tentó, no que la serpiente tentara a la mujer. Parece que la mujer y la serpiente, aunque diferenciados en el juicio de Dios sobre Adán y Eva, pueden ser con propiedad una y la misma. Si el árbol se equipara con el monte Meru, el Meru es la forma macroscópica del Merudanda, la columna vertebral. Y si la serpiente femenina Kundalini habita el Sushuma dentro del Merudanda; y si se cree que en momentos importantes la mujer mora en el interior del tronco del árbol, entonces con casi total certeza se llega a la conclusión de que la mujer y la serpiente son lo mismo.

En el jardín del Edén podemos sostener con firmeza que eran originalmente idénticas. (…) Eva y la serpiente son en esencia lo mismo que la Kundalini.” La interpretación de E.A.S. Butterworth puede servir de ayuda para entender la imagen de William Blake sobre Eva.

El arcaico mito se había basado en los elementos de los padres originales; el jardín, el árbol y la serpiente simbolizaban el ciclo eterno de la vida, la muerte y el renacimiento a la vida eterna. Ahora el significado se invierte.

Sin embargo, en el Antiguo Testamento Yahvé se asegura de que Adán y Eva no tendrán ocasión de comer del Árbol de la Vida, y los expulsa del jardín poniendo en la puerta a dos querubines con espadas llameantes para guardar el sendero al Árbol. Se ha prohibido al género humano el acceso directo al Árbol de la Vida y del Conocimiento, lo que significa el acceso a la iluminación y a la vida eterna.

Anne Baring y Jules Cashford han señalado: “todavía continúa la cuestión sobre lo que se ha conseguido invirtiendo el significado de aquellas imágenes que, evidentemente, aún podrían mover el corazón, aunque ya no podrían consolar la mente. También surge una cuestión más general sobre si las imágenes y los símbolos tienen un significado inherente propio, para que no puedan ser simplemente invertidos sin violación. Para Yeats, las imágenes son “almas vivientes”. Para Jung, también los símbolos no pueden ser ideados o no ideados, sino que son “productos espontáneos” de la Inconsciencia Colectiva.”

El gran erudito Joseph Cambpell habló sobre el sentimiento que resulta de revertir esta imagen y él lo llamó “discordia nerviosa”. Es esa ligera sensación de malestar que muchos sienten al leer la historia de la creación: “en consecuencia, hay una ambivalencia inherente en muchos de los símbolos básicos de la Biblia que no puede suprimir ningún énfasis retórico sobre la interpretación patriarcal. Dirigen un mensaje pictórico al corazón que es exactamente contrario al mensaje verbal que va al cerebro.”
Sin embargo, este nuevo mito jugó un importante papel en el desarrollo de la visión de vida judeo-cristiana e islámica, así como en las bases de muchos conceptos occidentales.

Los patrones de la relación entre el hombre y la mujer, la relación entre el hombre y Dios, y el hombre con la naturaleza se formaron aquí. El Génesis fue importante en el desarrollo de la idea de libertad humana e igualdad, que más tarde se desarrollaron en ideas de democracia y derechos humanos. Pero es también una de las razones por las que la religión occidental y la filosofía dudan o niegan al hombre la habilidad de saber la verdad absoluta.

Como hemos visto, la imagen y la palabra se contradicen mutuamente. A lo largo de los pasados dos mil años se nos ha enseñado a creer la “palabra” en lugar de la “imagen” (o la mente y no el corazón). Esta puede ser una razón por la que la gente occidental experimenta una fisura tan profunda entre corazón y mente, sentimientos y razón, cuerpo y alma; se les ha enseñado a creer un mensaje que es contradictorio en sí mismo.  “GENESIS AND THE OLD TESTAMENT,” M. S. JONES.


William Blake. Eva tentada por la serpiente (1799-1800). Victoria and Albert Museum (Londres).

En el cuadro de William Blake se observa que la luna se ha oscurecido; a la izquierda se encuentra el Árbol de la Vida y del Conocimiento; a la derecha discurren las Aguas de la Vida. La enorme serpiente enrollada en numerosas espirales detrás de Eva parece estar protegiéndola, como de forma semejante la serpiente protege a la deidad en las imágenes indias. El gesto de Eva parece ser inocente, lleno de gozo y bastante triunfante; ciertamente no encontramos en ella ningún rastro de pecado o culpa.



sábado, 2 de diciembre de 2017

Personaje del mes: Guru Nanak



(1469 – 1539 d. C.) Su nacimiento estaba profetizado en diferentes escrituras a lo largo de la historia, vio la luz en el seno de una familia de la casta de comerciantes. De carácter pacífico y místico, desde Temprana edad, se reunía con hindúes y musulmanes con el fin de adorar conjuntamente a Dios.

Dio testimonio de la gloria de Dios y de la ley de la fraternidad y el amor humanos. El amor a Dios y el amor al ser humano fueron la verdadera esencia de su mensaje.

Nacido hindú, pero inspirado por las enseñanzas del Islam, comenzó a predicar un mensaje de unidad de ambas religiones que hizo que floreciera, de esta manera, una nueva tradición religiosa llamada Sikhismo.

Guru Nanak nació en un momento crucial. Había luchas continuas, los mongoles avanzaban, los hindúes y musulmanes estaban en amarga oposición, la diferencia entre las castas crecía, la religión era un formalismo donde el espíritu del hombre estaba acallado y sofocado por ritos y rituales, credos y ceremonias. La gente estaba perdiendo la fe en sí mismos y la condición social y política del país era decadente.

Nanak vino a proclamar que la libertad verdadera y perdurable no se puede lograr sin tener fe en la solidaridad y libertad de la humanidad. Encontró el remedio para la verdadera solidaridad y la integración del ser humano en el amor a Dios, y en el amor y servicio a Dios en el hombre.

A los 16 años contrajo matrimonio con la hija de un piadoso mercader con la que tuvo varios hijos. En 1499 comenzó numerosos viajes para extender el mensaje de Dios en la forma de himnos musicales. Eligió este medio porque lo consideraba fácilmente comprensible para la gente de la época.

Guru Nanak utilizó el concepto de maya (“ilusión”). El mundo se nos manifiesta como si fuera real, pero la auténtica realidad es sólo la de Dios. El mundo material es una ilusión que impide a muchos seres humanos, abandonados a los placeres materiales, ver la realidad auténtica y única de Dios. La fe sikh conserva la creencia hindú en la reencarnación, pero considera que el ser humano puede liberarse del ciclo de reencarnaciones mediante la virtud, que le permite alcanzar la morada del amor de Dios.

Este cuerpo es en verdad el templo de Dios en el cual residimos y Dios también mora en él. El Universo entero es la morada de Dios. Todo esto se puede experimentar a nivel del Espíritu. Mientras no percibamos esta unidad con el ser humano a nivel físico, mental y espiritual, por el mismo Poder o Naam (el Verbo) que está dentro de nosotros, no podrá haber verdadera integración y solidaridad de la humanidad.

Experiencia directa de la divinidad

Nanak puso mucho énfasis en la experiencia directa de la divinidad que se halla dentro de nosotros; la simple lectura de las escrituras sagradas y la observancia de ritos y rituales de culto, no pueden tomar el lugar de la Realidad.

Éstos son pasos elementales pero no suficientes. Nanak era un santo poeta del secreto abierto, un predicador del Espíritu y del Poder de Dios que vivifica a la humanidad.

Fue de un lugar a otro entonando el sagrado “Nombre” y predicando el amor a Dios. Visitó lugares hindúes de peregrinación, santuarios musulmanes y otros lugares sagrados amándolos por igual. En la Meca enseñó la doctrina de la unidad y pronunciaba el nombre de “Alá” con la misma reverencia con que pronunciaba “Hari” ya que consideraba que todos invocan al mismo Dios con diferentes nombres. Enseñó a la gente que en el Verbo Sagrado está oculto un gran poder curativo que sana todos los males de la vida.

Dios es Amor, y el camino de regreso a Dios también es por medio del amor. Él fue amor personificado e inspiró amor a todos, escribió: _Dondequiera que dirijo mis ojos, ahí estás Tú. Separado de Ti, enloquezco y muero”.

Para alcanzar a Dios enseñó que uno debe recorrer el sendero de amor. Ama a Dios, y si amas a otros: tus hijos, amigos o parientes, ámalos por amor a Él. Desarrolla por Él un anhelo y ansia intensa y se te revelará.

Nanak fue un profeta de la “vida interna” y apremiaba a que lo interno debería expresarse, no en credos, dogmas, ritos ni rituales, sino en servicio humilde en el amor a Dios.

Disciplina espiritual

Para la meditación, Nanak prescribió un curso regular de disciplina espiritual:

• Lo primero es la devoción al Naam. Las cualidades que se requieren de un devoto del sendero espiritual son: La pureza en pensamiento, palabra y acción es el primer requisito para el inicio en una vida más elevada. Cristo también dijo: “Bienaventurados los puros de corazón, porque ellos verán a Dios”. La pureza es verdaderamente la llave que abre la puerta de la meditación que conduce a la mansión del Señor.

• En segundo lugar, uno debe desarrollar paciencia y perseverancia para tolerar con alegría cualquier cosa buena o mala que pueda sobrevenir como una reacción de nuestras acciones.

• En tercer lugar, uno debe tener el control sobre sus pensamientos, desechando todos los deseos con el fin de consolidar el equilibrio de la mente.

• En cuarto lugar, una constante práctica diaria de la presencia de Dios Viviente mediante la comunión con el Verbo, con una fe plena en el Poder Maestro.

• En quinto lugar, debe uno vivir en sagrada veneración de su presencia que estimula a realizar esfuerzos infatigables para lograr la unión final con Él, y por encima de todo, debe uno amar a Dios con una intensidad tal, que llegue a desechar toda la escoria que hay en nosotros, dejándonos libres para proseguir sin obstáculos hacia su reino.

En los últimos años de su vida se estableció en Kartarpur como agricultor. Era un verdadero campesino que después de “formar al hombre” y “servir al hombre”, se dedicó a servir a la tierra lo que le parecía mucho mejor que trabajar sólo como predicador. Dio ejemplo con su trabajo para alimentar al pobre y al necesitado. Instituyó el “Langar”, sistema de alimentación gratuita a la comunidad, “el pan es del Señor y el Bienaventurado esta en la gente”.

Avanzado en años, Nanak se desplazaba a pie todos los días trabajando en las granjas, entonando himnos del Naam y respirando la bendición del amor. El Guru era una imagen de humildad y sus seguidores, en un espíritu de entrega, trabajaban con humildad en una mezcla de trabajo voluntario y adoración a Dios, amor y labores, silencio y canto, sin pompa ni ostentación, en la quietud de la naturaleza. Desde allí se esparció por todo el Punjab el fuego del amor a Dios y al hombre. El rostro de Guru Nanak brillaba con la sencillez y serenidad que nacían de la santidad que había en Él.

Preceptos diarios

Sobre la forma de vivir con éxito la vida decía como preceptos diarios:

• Kirat Karo: Gana el sustento con medios honestos y justos. Sin desear ni anhelar, y menos tomar, lo que pertenece a otros. Sin usurpar tampoco los derechos de los demás ya que quienes se enriquecen con ganancias mal habidas nunca pueden tener un corazón puro. No hace falta la renunciación ostentosa como medio para la Realización; ésta es posible para todos por igual. Lo que cuenta es tu pureza de corazón a través de tus acciones virtuosas, no  los distintivos religiosos que uno pueda llevar. “Solamente los hechos se pesan en las balanzas divinas y son los que determinan el lugar de cada uno en relación a Dios”.

• Naam Japo: Es necesario entonar el Nombre pero siempre desde la pureza del corazón y la lengua. Sin esto todas nuestras oraciones, por muy largas que fueran y muy fuerte la voz, nunca darían fruto. Cuando todos los esfuerzos fallan, la oración triunfa. Siéntate en silencio todos los días y ora a Dios para acercarte cada día más a Él.

• Vand Chhako: Comparte el fruto de tu labor como expresión de tu amor y tu compasión para con la humanidad. Nanak hacía énfasis en el desarrollo de la vida de Espíritu para todos los hombres y mujeres verdaderos. Tales personas no sólo viven para sí mismas, sino para los demás. “No te inclines ante quien pretenda ser un hombre-Dios y viva de la caridad de otros. El que se gana el sustento con el sudor de su frente y lo comparte con todos, puede conocer el camino que lleva a Dios.” Su definición de un hombre verdaderamente grande era la de alguien que ha renunciado a todos sus deseos y no se preocupa por el fruto de sus acciones.

Al buscador le ordenaba que cultivara la pureza de corazón por encima de cualquier otra cosa. El Gurú dice, “La verdad es valiosa, pero todavía más valioso es el vivir honestamente”.

Momento de su partida

Cuando llegó su momento de partir le fue indiferente la ceremonia que hicieran para disponer de su cuerpo. Los hindúes querían hacer una cremación y los musulmanes enterrarle. Sólo pidió bendiciones y flores: “Poned flores a cada lado de mi cuerpo, los hindúes a mi derecha y los musulmanes a mi izquierda. Aquéllos cuyas flores se conserven frescas mañana aplicarán sus deseos”. Entonces les pidió que rezaran y le cubrieran con una sábana. El 22 de septiembre de 1539 en las primeras horas de la mañana, Guru Nanak se fundió con la Luz Eterna del Creador.

Cuando sus seguidores levantaron la sábana no encontraron nada más que flores que estaban todas frescas. Los hindúes tomaron las suyas e hicieron una cremación con ellas.

Él veneró a todas las religiones, respetó a los santos de todos los tiempos y lugares. No enseñó ningún credo nuevo; predicó el amor, la fe y las acciones nobles. Para Él toda la gente era Dios. En los hindúes y en los musulmanes contempló la visión de Dios en el hombre. A todos los países y a toda la gente les cantó la melodía del Naam o el Sagrado Verbo.

Discutió el verdadero significado del ascetismo. Para Él no estaba en el tipo de ropa, ni en la cabeza rapada, ni en soplar una concha, ni en las palabras, ni en los baños en los sitios de peregrinaje sino en permanecer puro en medio de las impurezas.

Defendía que el carácter noble es una prueba más real para la grandeza humana que el nacimiento noble. Nanak fue el profeta de la paz y buena voluntad, de la armonía y la unidad. Dio luz a todos y su trabajo de amoroso servicio a la humanidad, como manifestación del Inmanifestado, lo continuaron en forma vigorosa sus sucesores.

Guru Arjan Dev Ji Maharaj, el quinto en la línea de sucesión de Nanak, recopiló los dichos de los Maestros en el sagrado Granth, la Biblia de los Sikhs, incluyendo asimismo en él los dichos de varios santos de otras  religiones.

Así, en el sagrado libro colocó los cimientos de espiritualidad y sabiduría que nos ha llegado a través de los siglos y es considerado el Eterno Guru para siempre.


El Amor no busca recompensa. Es una recompensa en sí mismo.

lunes, 13 de noviembre de 2017

El simbolismo de la Diosa (1)

Desde el nacimiento de la civilización, la Gran Diosa o Madre Primordial ha sido adorada en todos los continentes. Se encontraron vestigios de primeras culturas dentro de una vasta región que iba desde España, Italia, Grecia y los Balcanes hasta el Próximo Oriente y Egipto. Y estas primeras civilizaciones se centraron en la adoración a la Diosa desde el Paleolítico (40.000 aC) y el Neolítico (10.000-3.500 aC). A partir de la Edad de Bronce (3.500-1.250 aC) aparece situada al lado del Dios masculino, el cual en algunos lugares es Su hijo y en otros, el compañero divino de la Diosa.

La Diosa Madre de la Edad del Paleolítico y el Neolítico era una representación del Universo. Se consideraba que el Universo era orgánico, vivo y sagrado. La Tierra, la humanidad y todos los seres vivientes sobre Ella eran vistos como Sus niños. Como la Gran Madre, Ella vivía sobre la totalidad de la creación como Diosa y fuente de vida, muerte y nacimiento.

Figuras de la Gran Diosa fueron modeladas en barro o talladas sobre piedra y, desde una muy reciente etapa, se asociaron con ciertos atributos y símbolos, uno de los cuales es la luna. La imagen de la luna creciente y menguante, y el misterio que la rodeaba se relacionó con el ciclo femenino de la menstruación, así como con el ciclo de las cuatro estaciones. También se consideró a la Diosa como la Madre de la vida, la muerte y el renacimiento.

Muchos mitos ancestrales describen la muerte de Su hijo o hija como un viaje a través del infierno y un consecuente renacimiento, al igual que la luna desaparece durante tres días para entonces aparecer de nuevo misteriosamente.

En consecuencia, la luna siempre ha sido uno de los atributos de la Diosa. Incluso muchos miles de años después todavía se la relaciona con el principio femenino del Divino. Durante muchos siglos a la Madre María se la representó de pie o sentada sobre una luna creciente, (y mostramos como uno de los muchos ejemplos el bonito grabado de Alberto Durero).


Muchas imágenes y mitos asociaron la Diosa con el jardín, el árbol de la vida y las aguas de la vida. La correspondencia entre los símbolos del árbol de la vida, la serpiente y la Diosa se pueden encontrar en mitologías, así como en imágenes de muchos lugares tan distantes entre sí como Siberia, Libia, India, Oriente Próximo, Egipto, Creta, Grecia y Sumeria. La Diosa tenía su morada en el jardín; era representada con el árbol y la serpiente mucho antes que la historia del Génesis y el Antiguo Testamento fuera escrita. Como estas representaciones están tan extendidas, uno puede considerarlas como un arquetipo profundamente arraigado en la subconsciencia colectiva.

Anne Baring y Jules Cashford dan una bella explicación del significado de estas imágenes en su poderoso y rompedor estudio “El Mito de la Diosa”. “El árbol de la vida fue una de las primeras imágenes de la misma Diosa, en cuya atrayente presencia todas las parejas de contrarios se reconcilian. Creciendo sobre la superficie de la tierra, con sus raíces hacia abajo y sus ramas hacia arriba, el árbol era el gran pilar que unía la tierra con el cielo y con el infierno, a través del cual las energías del cosmos se derramaban continuamente sobre la creación terrenal. El espíritu de vida que se movía en su interior era la serpiente, también guardiana de la fruta o tesoro del árbol, que era la epifanía de la Diosa, la experiencia de unidad”.

El jardín extiende una imagen de totalidad. El jardín, en contraposición a la naturaleza salvaje e indomada, representa estructura y orden; en el jardín, las fuerzas caóticas de la naturaleza están controladas. El jardín del Edén representa el mundo en su perfección que se extiende en seis direcciones: adelante y atrás, a la derecha y a la izquierda, así como arriba y abajo. El árbol en medio del jardín representa el eje vertical y el centro de la creación, los ejes del mundo. Los cuatro ríos representan los cuatro puntos cardinales: norte, sur, este y oeste. El eje central, aquí con la forma de un árbol, y en otros mitos marcado por una montaña o un palo, representa la tercera dimensión en el espacio y conecta los tres mundos: Cielo, Tierra e Infierno. Conecta el microcosmos y el macrocosmos, representa el ascenso al Divino y, como tal, representa la columna vertebral y el centro dentro de cada ser humano (como representa la siguiente ilustración).



El árbol, en ocasiones conocido como Árbol de la Vida, en otras como Árbol del Conocimiento, toma su energía de una fuente misteriosa, las aguas de la vida, algunas veces representadas como una fuente o un río, y otras se muestra como surgiendo de una vasija. La Diosa está íntimamente relacionada con el Árbol, y de nuevo los mitos paganos sobrevivieron parcialmente, incluso en la Cristiandad: “Algunas leyendas del Este de Europa sitúan a la Virgen María al pie de un árbol, desde donde guía los destinos, y da de beber a las almas del pozo de la vida que hay debajo del árbol”.

Se pueden encontrar representaciones similares del Árbol de la Vida en mitologías de culturas tan diversas como la germánica, la celta, la amerindia, la china y la india. Esta descripción proveniente de la región de los Himalayas sirve como ejemplo de los mitos que rodean al árbol: “En términos geográficos, el mundo creado es visto como un loto de cuatro pétalos (chaturdvipa): en su centro se levanta la vasija de semillas y a su alrededor, como pétalos, se encuentran los cuatro continentes. Como describe el Vishnu Purana: en la cima de Meru se alza la gigantesca ciudad de Brahma. Aquí el río Ganges cae y se divide en cuatro ríos inmensos (...) Entre los nómadas asiáticos, el cielo se veía como una tienda, como la sábana que se extendía y cubría una superficie de la tierra. Se erigía una vara central para sostener la tienda, y se hacían ofrendas a aquello que trepaba sobre sus listones o a aquello que ascendía en forma de humo, cuando una ofrenda se quemaba. Esta ascensión hacia lo sagrado, representado por la vara, el palo, el árbol y la montaña, fue expresada de distinta manera en las sociedades cazadoras y agrícolas (el árbol creando una metáfora ideal). (…) El árbol enraizado en la Madre Tierra crece muy alto, extendiendo sus ramas, floreciendo, exhalando fragancia, dando frutos y proliferando. Muestra de su vigor era la exuberancia de las plantas en la región tropical. La vida surgía de nuevo del fruto cuando éste caía sobre la tierra, lo cual se añadió a la ancestral sabiduría del hombre sobre la vida apartándose de la muerte”.



De este modo, en India la montaña y el árbol simbolizan el camino para la ascensión a través de los tres mundos. A escala macroscópica representa el Árbol del Mundo; a nivel microscópico representa la columna vertebral del cuerpo humano, como ha sugerido E.A.S. Butterworth. La serpiente enroscada sobre el árbol es la Kundalini, el poder de la Diosa (Devi), la cual asciende a través del Yoga. El Yoga es la técnica de trascender la “maya” o ilusión y las leyes de la causalidad para obtener la liberación y la unión con el Divino.

En las escrituras mitológicas ancestrales, el jardín y el árbol dan lugar a una imagen de armonía y equilibrio de energía y poder. Representa tanto un equilibrio ecológico como espiritual. La Diosa fue adorada como la creadora y benefactora de la naturaleza. Al mismo tiempo Ella era vista como la naturaleza misma, siendo la Tierra Su cuerpo, y cada parte de Su cuerpo fue considerado sagrado. También fue honrada como la dadora de sabiduría, liberación y vida eterna.

miércoles, 1 de noviembre de 2017

Personaje del mes: Mahoma

Muy poco se conoce de los primeros 40 años de la vida de Mahoma. La tradición dice que nació en una respetada familia de comerciantes hacia el año 570 en la ciudad de la Meca, que su padre murió antes de que él naciera y que su madre murió cuando él tenía seis años. Mahoma pasó entonces a ser cuidado por su abuelo. Alrededor del año 595 se casó, tuvo varios hijos, pero sólo Fátima sobrevivió.



Su inquietud religiosa le condujo a practicar meditaciones solitarias en una caverna del monte Hira. Según declaró, alrededor del año 610 fue visitado por el arcángel Gabriel, que le impulsó a recitar lo que le dictaba. Las revelaciones que así recibió a lo largo de años, fueron escritas y forman lo que conocemos como el Corán.

Mahoma, al principio, predicó en privado a familiares y amigos, convirtiendo a la mayoría de ellos a la nueva religión. Alrededor del año 613 comenzó a predicar en público. La respuesta de la mayoría de los habitantes de la Meca fue hostil e iba a permanecer así, pero Mahoma continuó ganando adeptos en pequeño número. El principal grupo de seguidores lo constituyeron personas del pueblo, que dieron a los inicios del Islam cierto matiz de revolución social.

Durante este periodo de persecuciones, Mahoma tuvo una experiencia que es llamada “La Noche de la Ascensión”, en la que, según se dice, atravesó “los siete cielos”, y se encontró con anteriores maestros y profetas, desde Adán a Jesús. Poco más tarde, Mahoma consiguió ser aceptado como consejero y árbitro en la ciudad de Medina entre las diferentes tribus en continuo conflicto.

Su emigración a Medina (“Ciudad del Profeta”) acompañado de sus seguidores fue un paso decisivo para el establecimiento de la nueva religión. Esta emigración, en el 622, recibe el nombre de Hégira y marca el comienzo de la era musulmana. Al continuar los problemas con los habitantes de la Meca, en el 628 Mahoma partió hacia allí con un grupo de seguidores en peregrinación. Hubo confrontaciones, pero consiguieron el derecho a peregrinar allí al año siguiente. Hacia el año 629, tribus de diferentes áreas geográficas empezaron a enviar delegaciones a Medina para negociar alianzas con Mahoma. Su condición básica era que ellos debían convertirse en musulmanes. A finales de este año, Mahoma reunió una gran expedición definitiva hacia la Meca. En enero de 630 consiguió una rendición negociada de la ciudad. Las continuas confrontaciones con las diferentes tribus dieron paso a un largo proceso de negociaciones con diferentes grupos. En junio del año 632, cuando Mahoma murió, casi toda Arabia había sido conquistada para el Islam.

Doctrina

El nombre Muhammad (Mahoma) significa “el que es altamente alabado”. Se puede decir que impulsó una nueva forma de vida, una nueva cultura y una nueva civilización, que se extendió desde Marruecos hasta la India e influyó en el pensamiento y la vida de tres continentes: Asia, África y Europa.

El número de víctimas en todas las guerras que tuvieron lugar durante su vida, cuando la Península de Arabia estaba bajo su influencia, no sobrepasa los pocos cientos. Incluso en el campo de batalla, enseñó a los bárbaros árabes a rezar, no individualmente, sino en grupo, a Dios Todopoderoso.

Durante los enfrentamientos unos rezaban mientras otros peleaban, y luego intercambiaban posiciones. En una época de barbarie, incluso el campo de batalla fue de alguna manera humanizado, se dieron normas para no engañar, no romper la confianza, no mutilar, no matar a niños, mujeres ni hombres ancianos; no cortar árboles frutales ni molestar a cualquier persona que estuviera en oración. La forma de tratar a los enemigos era el ejemplo más noble para sus seguidores.

Mahoma llegó a lo más alto de su poder con la conquista de la Meca, la ciudad que se había negado a escucharle, que le había torturado, que había torturado a sus seguidores y que tantas veces les había expulsado. Él declaró: “En este día pisoteo cualquier diferencia y cualquier odio entre los hombres”.

Para él, el principal objetivo de la guerra era unir a los seres humanos; cuando este objetivo se cumpliera, incluso los peores enemigos serían perdonados.
Era amable por naturaleza, siempre dispuesto a no tener en cuenta las faltas de otros; la simpatía y la sinceridad eran características de su carácter. Sus maneras ganaron el afecto de sus seguidores.

Solía rezar: “Alá, soy simplemente un humano, si hiero a alguien de alguna manera, perdóname y no me castigues”. Decía: “Venerar a una persona mayor es mostrar respeto a Alá.” Normalmente, visitaba a los más pobres e impedidos, y animaba a los demás a hacer lo mismo; también compartía su mesa con sirvientes o incluso esclavos. Predicaba que no había nada indigno o bajo en realizar las tareas de la casa.

Al Profeta le gustaban los niños y cuando estaba en su compañía compartía el espíritu infantil. Al acostarse rezaba: “Oh, Alá, muero y vivo con tu nombre en mis labios.” Al levantarse, rezaba: “Alabo a Alá, que me ha dado la vida después de la muerte y es hacia Él hacia Quien retorno.” No le importaba donde dormía, algunas veces en una cama, otras encima de una piel y muchas sobre el suelo. No se molestaba si alguien le interrumpía durante los sermones.

Mahoma predicaba a la gente la confianza en Alá. Fue una característica de toda su vida, incluso en medio de persecución o en los campos de batalla rodeado de enemigos.

Fue esta confianza en Alá la que le empujaba a decir sus oraciones abiertamente incluso con sus opositores. El Profeta siempre pedía a la gente ser justa y amable.
Administrando justicia no hacía distinción entre creyentes y no creyentes, amigos o enemigos. La superioridad de alguien sobre otro sólo la indicaba para él la rectitud de cada persona, no las cosas mundanas como la familia, la raza, etc.

“A Alá no le gusta el hombre que se considera a si mismo superior a otros.”

El Profeta no sólo predicaba que se debía mostrar amabilidad con otros, sino también con todos los seres vivientes. Siempre animó a los musulmanes a tratar amablemente a los pobres y a ayudarles con limosnas. No desalentó ni prohibió la adquisición de riqueza, pero advirtió que debía ser obtenida de acuerdo con la ley y honestamente.
El principio de hermandad universal e igualdad de la humanidad representa una gran contribución de Mahoma al sistema social. Se puede decir que la “democracia” del Islam se practica cinco veces al día, cuando el rey y el campesino se arrodillan uno junto al otro y proclaman:

“Sólo Dios es grande”.

El Islam enseña que el hombre nace sin pecado, y que el hombre y la mujer provienen de una misma esencia, poseen una misma alma y están equipados con las mismas capacidades. El Islam hizo posible que las mujeres compartieran la herencia de sus padres. Se puede decir que dio a las mujeres el derecho de propiedad.
Esta doctrina también desarrollo principios para la vida económica y social, como la ley de herencia, un sistema organizado de caridad, y considera ilegales prácticas antisociales en el área económica, como el monopolio y la usura, mientras contribuir económicamente con las escuelas, hospitales y orfanatos, era considerado muy virtuoso.

Aunque las circunstancias a lo largo de su vida cambiaron, él no lo hizo. En la victoria o en la derrota, en el poder o en la adversidad, en la riqueza o en la indigencia, siempre fue el mismo hombre. Servir al ser humano, elevarlo, purificarlo y educarlo, éste fue el objetivo de su vida.

“El hombre con verdad tiene la verdad en su pensamiento y en sus obras. No mintáis, hablad sólo la verdad.”

“La sola devoción no agrada a Dios. Dios sólo acepta la parte de devoción que tiene entendimiento. No habrá ganancia por orar, dar caridad o visitar lugares sagrados a menos que estos actos estén acompañados por entendimiento.”

“Cualquier acción se juzgará por las intenciones que la impulsan.”

“No digáis: si la gente me hace algo bueno, yo les daré bondad, si me dan tormento, les daré tormento. Si te dan tormento, no les devolverás lo mismo.”


“La mejor Jihad es la que se lleva a cabo para conquistar el Ser.”


sábado, 7 de octubre de 2017

Entrevista con Dios


Un día soñé que tenía una entrevista con Dios...

- ¿Así que te gustaría entrevistarme? –me preguntó.

- Si tienes tiempo... -le dije.

Dios sonrió.
- Mi tiempo es la eternidad, ¿que preguntas tienes para mi?

- ¿Qué es lo que mas te sorprende de la humanidad?

Dios contestó:
- Que se aburren con la infancia y tienen prisa por crecer y, cuando lo hacen, quisieras otra vez ser niños.

- Que perdéis vuestra salud para ganar dinero... y después perdéis vuestro dinero para recuperar la salud.

- Que por pensar ansiosamente en el futuro, se olvidan del presente y por ello no viven ni en el presente ni en el futuro.

- Que viven como si nunca fuerais a morir, y morís como si nunca hubieras vivido.

Dios me cogió la mano, y estuvimos en silencio por un momento. Después le pregunté:

- Como padre, ¿que quieres que tus hijos aprendieran de la vida?

- Quiero que aprendan que no pueden hacer que nadie les ame, sino que todo lo que pueden hacer es dejarse amar.

- Que aprendan que no es bueno compararse con otros.

- Que aprendan a perdonar, practicando el perdón.

- Que aprendan que sólo se tarda unos segundos en abrir profundas heridas en aquellos  a los que se ama, pero que se puede tardar muchos años en curarlas.

- Que aprendan que una persona rica no es la que tiene más, sino la que menos necesita.

- Que sepan que hay mucha gente les ama, pero  que simplemente no saben como expresar o mostrar sus sentimientos.


- Que aprendan que dos personas pueden mirar a una misma cosa, y verla de un modo diferente.

- Que aprendan que no es suficiente perdonar a los demás, sino que también deben perdonarse a si mismos.

- Gracias por tu tiempo, le dije humildemente. ¿Hay algo más que querrías que tus hijos supieran?

Dios sonrió y dijo:
- Solo que sepan que estoy aquí. Siempre.

martes, 3 de octubre de 2017

Personaje del mes: Socrates

Filósofo ateniense (470 a.C.) Hijo del escultor Sofronisco y de Fenareta, (una comadrona). Recibió una educación tradicional en literatura, música y gimnasia. Más tarde se familiarizó con la retórica y la dialéctica de los sofistas, las especulaciones de los filósofos jónicos y la cultura general de la Atenas de Pericles. En un principio decidió seguir la profesión de su padre, llegando a realizar el conjunto escultórico de las tres Gracias que permaneció en la entrada de la Acrópolis ateniense hasta el siglo II a.C. Durante la guerra del Peloponeso sirvió, con gran valor, a su patria como soldado de infantería en las batallas de Potidea, Delio y Anfípolis.

Desde muy joven llamó la atención de los que le rodeaban tanto por la agudeza de sus razonamientos y su facilidad de palabra como por la fina ironía con la que solía matizar sus pláticas con los jóvenes ciudadanos aristocráticos de Atenas.

Según los testimonios de su época, Sócrates -esposo de Jantipa, mujer de reconocido mal genio, y padre de tres hijos- era poco agraciado y de escasa estatura, lo que no le impedía actuar con gran audacia y dominio de sí mismo.



Apreciaba mucho la vida y alcanzó gran popularidad en la sociedad ateniense de su tiempo tanto por su viva inteligencia como por su agudo sentido del humor, desprovisto de cualquier traza sátira o cinismo. A diferencia de los sofistas, Sócrates no cobraba por sus clases.

Su inconformismo le llevó a oponerse tanto a la ignorancia popular como al conocimiento de aquellos que se decían sabios. Nunca se consideró sabio, aún cuando al consultar al oráculo de Delfos éste le respondiera “Sócrates es el más sabio de los mortales”. Mientras aquellos tenidos por sabios creían que lo sabían todo, Sócrates sostenía que él tan sólo sabía que no sabía nada.

Sócrates creía en la superioridad de la transmisión oral sobre la escritura y, en virtud de esta convicción, pasó la mayor parte de su vida en los mercados y plazas públicas de Atenas, iniciando diálogos y discusiones con todo aquel que quisiera escucharle.

La mayéutica como método de aprendizaje 

Convencido de que la verdad está en el interior de cada hombre, Sócrates se propuso ayudar a que sus interlocutores pudiesen “dar a luz” esa verdad; por esta razón solía decir que su oficio se parecía al de su madre: mientras ésta ayudaba a las mujeres a parir hijos, él ayudaba a los hombres a parir verdades. Para ello se valía de la ironía, método mediante el cual hacía tomar conciencia a su interlocutor de que en verdad no sabía tanto como creía.

Una vez que el sujeto reconocía su ignorancia, mediante preguntas Sócrates le guiaba hacia la verdad. La ironía y el diálogo constituían así los dos componentes principales de su método, denominado “mayéutica”.

En contraposición a los sofistas, Sócrates sostenía que, además de opiniones, el hombre es capaz de expresar conceptos.

Según su enseñanza, los “conceptos universales” no son de un modo para unos y de otro modo para otros, ni dependen del estado de ánimo de quien los conoce; su contenido es siempre igual, no son inventados sino que se encuentran en la realidad y se obtienen a través de la experiencia.

Conócete a ti mismo

En el campo de la Ética Sócrates se oponía al hedonismo que propugnaban los sofistas. Su Ética distingue entre el placer bueno y el placer malo y sostiene que aquel que sabe, el que entiende, obra bien pues «Nadie peca voluntariamente.

Se le considera el fundador de la filosofía antropológica, cuyo origen está en la máxima “conócete a ti mismo”. Siendo consciente de la propia ignorancia, mediante el método inductivo, a través del diálogo, Sócrates intentaba alcanzar la Verdad Universal, admitida por todos.

La filosofía de Sócrates indaga sobre la naturaleza de la virtud y afirma que el conocimiento y la virtud están tan estrechamente relacionados que ningún ser humano que posea conocimiento puede elegir el mal. Por tanto, para Sócrates la conducta incorrecta es antes producto de la ignorancia que de la debilidad de la voluntad. De modo que el ser humano puede alcanzar la Virtud a través de sus actos y la Virtud permite obtener la felicidad.

Sócrates se mostró siempre obediente a las leyes de Atenas, aunque evitó la política, refrenado por lo que él llamaba una advertencia divina. Creía que había recibido una llamada para ejercer la filosofía y que podría servir mejor a su patria dedicándose a la enseñanza, persuadiendo a los ciudadanos atenienses para que hicieran examen de conciencia y se ocuparan de su alma.

A pesar del primordial lugar que ocupa en la historia de las ideas, Sócrates no escribió libro alguno ni fundó tampoco una escuela regular de filosofía ya que consideraba que el conocimiento es algo viviente. La mayor parte de cuanto se sabe sobre él procede del testimonio de tres de sus contemporáneos: el historiador Jenofonte, el comediógrafo Aristófanes y el filósofo Platón. El primero retrató a Sócrates como un sabio empeñado en la idea de identificar el conocimiento y la virtud, aunque dotado de una personalidad en la que no faltaban ciertos rasgos un tanto vulgares.

Aristófanes lo hizo objeto de sus sátiras en su comedia Las nubes (423), en la que lo identifica con los sofistas y lo caricaturiza como un engañador artista del discurso.

Ambos testimonios matizan la imagen de Sócrates que - aun cuando se estima que posiblemente sea la más justa, en ocasiones no deja de ser excesivamente idealizada- Platón presenta en sus Diálogos, en los cuales Sócrates aparece siempre como figura principal.

En sus célebres diálogos Platón describe a Sócrates ocultándose tras una irónica profesión de ignorancia (la ironía socrática) y como dueño de una agudeza mental y de un ingenio que le concedían su gran facilidad para el debate.

Aspectos relativos a la espiritualidad

Sócrates sostiene que el alma es algo separado del cuerpo, que existe antes del nacimiento y que sigue existiendo tras la muerte. Influido por el pitagorismo, sostiene que mientras permanece ligada al cuerpo físico durante la vida el alma necesita purificarse y liberarse de “las ataduras del cuerpo”. Tras la muerte, el hombre bueno puede disfrutar de la reunificación, o al menos, de la comunión con aquellas formas de existencia incorpórea, más elevadas, llamadas comúnmente “lo divino”.

Su filosofía considera que la Felicidad no consiste en satisfacer los deseos sino en desprenderse de ellos. Sócrates se sentía moralmente obligado a perseguir la virtud. Para él la bondad no sólo es cuestión de manera de obrar sino también un proyecto intelectual.

Condena a muerte

La amistad de Sócrates con Alcibíades, uno de los Treinta Tiranos de Grecia, le valió la enemistad de muchos y, a sus 70 años, cuando los Treinta Tiranos abandonan el gobierno, es acusado de corromper a la juventud introduciendo nuevos dioses y es llevado a juicio en 399 a.C. 

La restauración de la democracia en Atenas influyó, evidentemente, en la situación de Sócrates dado que era pública opinión que los intelectuales debilitaban a la sociedad aniquilando los valores y los puntos de vista tradicionales. El diálogo que Platón desarrolla en su Apología es más una defensa del estilo de vida de Sócrates que una negación de los cargos oficiales que se le imputaban.

Condenado así a muerte, Sócrates pasó sus últimos días en la celda recibiendo a sus discípulos y conversando con ellos sobre filosofía (tal como relata Platón en sus diálogos Critón y Fedón). Habiéndose negado a huir, llegado el día, Sócrates bebió la cicuta que le alcanzó el verdugo y murió apaciblemente.


Tras su muerte surgen las escuelas socráticas, la Academia Platónica, las escuelas menores, dos de moral y dos de dialéctica, que compartían la búsqueda de la virtud a través del conocimiento de lo bueno. La obra de Sócrates representa un decisivo punto de inflexión en la trayectoria intelectual del mundo griego y de todo el pensamiento europeo.