(1469
– 1539 d. C.) Su nacimiento estaba profetizado en diferentes escrituras a lo
largo de la historia, vio la luz en el seno de una familia de la casta de comerciantes.
De carácter pacífico y místico, desde Temprana edad, se reunía con hindúes y
musulmanes con el fin de adorar conjuntamente a Dios.
Dio testimonio
de la gloria de Dios y de la ley de la fraternidad y el amor humanos. El amor a
Dios y el amor al ser humano fueron la verdadera esencia de su mensaje.
Nacido hindú,
pero inspirado por las enseñanzas del Islam, comenzó a predicar un mensaje de
unidad de ambas religiones que hizo que floreciera, de esta manera, una nueva
tradición religiosa llamada Sikhismo.
Guru Nanak nació
en un momento crucial. Había luchas continuas, los mongoles avanzaban, los
hindúes y musulmanes estaban en amarga oposición, la diferencia entre las
castas crecía, la religión era un formalismo donde el espíritu del hombre
estaba acallado y sofocado por ritos y rituales, credos y ceremonias. La gente
estaba perdiendo la fe en sí mismos y la condición social y política del país era
decadente.
Nanak vino a
proclamar que la libertad verdadera y perdurable no se puede lograr sin tener
fe en la solidaridad y libertad de la humanidad. Encontró el remedio para la verdadera
solidaridad y la integración del ser humano en el amor a Dios, y en el amor y
servicio a Dios en el hombre.
A los 16 años
contrajo matrimonio con la hija de un piadoso mercader con la que tuvo varios
hijos. En 1499 comenzó numerosos viajes para extender el mensaje de Dios en la
forma de himnos musicales. Eligió este medio porque lo consideraba fácilmente
comprensible para la gente de la época.
Guru Nanak
utilizó el concepto de maya (“ilusión”). El mundo se nos manifiesta como
si fuera real, pero la auténtica realidad es sólo la de Dios. El mundo material
es una ilusión que impide a muchos seres humanos, abandonados a los placeres
materiales, ver la realidad auténtica y única de Dios. La fe sikh conserva la
creencia hindú en la reencarnación, pero considera que el ser humano puede liberarse
del ciclo de reencarnaciones mediante la virtud, que le permite alcanzar la
morada del amor de Dios.
Este cuerpo es
en verdad el templo de Dios en el cual residimos y Dios también mora en él. El
Universo entero es la morada de Dios. Todo esto se puede experimentar a nivel
del Espíritu. Mientras no percibamos esta unidad con el ser humano a nivel físico,
mental y espiritual, por el mismo Poder o Naam (el Verbo) que está dentro de
nosotros, no podrá haber verdadera integración y solidaridad de la humanidad.
Experiencia
directa de la divinidad
Nanak puso mucho
énfasis en la experiencia directa de la divinidad que se halla dentro de
nosotros; la simple lectura de las escrituras sagradas y la observancia de
ritos y rituales de culto, no pueden tomar el lugar de la Realidad.
Éstos son pasos
elementales pero no suficientes. Nanak era un santo poeta del secreto abierto,
un predicador del Espíritu y del Poder de Dios que vivifica a la humanidad.
Fue de un lugar
a otro entonando el sagrado “Nombre” y predicando el amor a Dios. Visitó
lugares hindúes de peregrinación, santuarios musulmanes y otros lugares
sagrados amándolos por igual. En la Meca enseñó la doctrina de la unidad y
pronunciaba el nombre de “Alá” con la misma reverencia con que pronunciaba
“Hari” ya que consideraba que todos invocan al mismo Dios con diferentes
nombres. Enseñó a la gente que en el Verbo Sagrado está oculto un gran poder
curativo que sana todos los males de la vida.
Dios es Amor, y
el camino de regreso a Dios también es por medio del amor. Él fue amor personificado
e inspiró amor a todos, escribió: _Dondequiera que dirijo mis ojos, ahí
estás Tú. Separado de Ti, enloquezco y muero”.
Para alcanzar a
Dios enseñó que uno debe recorrer el sendero de amor. Ama a Dios, y si amas a
otros: tus hijos, amigos o parientes, ámalos por amor a Él. Desarrolla por Él
un anhelo y ansia intensa y se te revelará.
Nanak fue un
profeta de la “vida interna” y apremiaba a que lo interno debería expresarse,
no en credos, dogmas, ritos ni rituales, sino en servicio humilde en el amor a
Dios.
Disciplina
espiritual
Para la
meditación, Nanak prescribió un curso regular de disciplina espiritual:
• Lo primero es
la devoción al Naam. Las cualidades que se requieren de un devoto del sendero
espiritual son: La pureza en pensamiento, palabra y acción es el primer
requisito para el inicio en una vida más elevada. Cristo también dijo: “Bienaventurados
los puros de corazón, porque ellos verán a Dios”. La pureza es verdaderamente
la llave que abre la puerta de la meditación que conduce a la mansión del
Señor.
• En segundo
lugar, uno debe desarrollar paciencia y perseverancia para tolerar con alegría
cualquier cosa buena o mala que pueda sobrevenir como una reacción de nuestras
acciones.
• En tercer
lugar, uno debe tener el control sobre sus pensamientos, desechando todos los
deseos con el fin de consolidar el equilibrio de la mente.
• En cuarto
lugar, una constante práctica diaria de la presencia de Dios Viviente mediante
la comunión con el Verbo, con una fe plena en el Poder Maestro.
• En quinto
lugar, debe uno vivir en sagrada veneración de su presencia que estimula a
realizar esfuerzos infatigables para lograr la unión final con Él, y por encima
de todo, debe uno amar a Dios con una intensidad tal, que llegue a desechar
toda la escoria que hay en nosotros, dejándonos libres para proseguir sin
obstáculos hacia su reino.
En los últimos
años de su vida se estableció en Kartarpur como agricultor. Era un verdadero
campesino que después de “formar al hombre” y “servir al hombre”, se dedicó a
servir a la tierra lo que le parecía mucho mejor que trabajar sólo como
predicador. Dio ejemplo con su trabajo para alimentar al pobre y al necesitado.
Instituyó el “Langar”, sistema de alimentación gratuita a la comunidad, “el
pan es del Señor y el Bienaventurado esta en la gente”.
Avanzado en
años, Nanak se desplazaba a pie todos los días trabajando en las granjas,
entonando himnos del Naam y respirando la bendición del amor. El Guru era una
imagen de humildad y sus seguidores, en un espíritu de entrega, trabajaban con
humildad en una mezcla de trabajo voluntario y adoración a Dios, amor y
labores, silencio y canto, sin pompa ni ostentación, en la quietud de la
naturaleza. Desde allí se esparció por todo el Punjab el fuego del amor a Dios
y al hombre. El rostro de Guru Nanak brillaba con la sencillez y serenidad que
nacían de la santidad que había en Él.
Preceptos
diarios
Sobre la forma
de vivir con éxito la vida decía como preceptos diarios:
• Kirat Karo:
Gana el sustento con medios honestos y justos. Sin desear ni anhelar, y menos
tomar, lo que pertenece a otros. Sin usurpar tampoco los derechos de los demás
ya que quienes se enriquecen con ganancias mal habidas nunca pueden tener un
corazón puro. No hace falta la renunciación ostentosa como medio para la
Realización; ésta es posible para todos por igual. Lo que cuenta es tu pureza
de corazón a través de tus acciones virtuosas, no los distintivos religiosos que uno pueda
llevar. “Solamente los hechos se pesan en las balanzas divinas y son los que
determinan el lugar de cada uno en relación a Dios”.
• Naam Japo: Es
necesario entonar el Nombre pero siempre desde la pureza del corazón y la
lengua. Sin esto todas nuestras oraciones, por muy largas que fueran y muy
fuerte la voz, nunca darían fruto. Cuando todos los esfuerzos fallan, la
oración triunfa. Siéntate en silencio todos los días y ora a Dios para acercarte
cada día más a Él.
• Vand Chhako:
Comparte el fruto de tu labor como expresión de tu amor y tu compasión para con
la humanidad. Nanak hacía énfasis en el desarrollo de la vida de Espíritu para
todos los hombres y mujeres verdaderos. Tales personas no sólo viven para sí
mismas, sino para los demás. “No te inclines ante quien pretenda ser un
hombre-Dios y viva de la caridad de otros. El que se gana el sustento con el
sudor de su frente y lo comparte con todos, puede conocer el camino que lleva a
Dios.” Su definición de un hombre verdaderamente grande era la de alguien
que ha renunciado a todos sus deseos y no se preocupa por el fruto de sus
acciones.
Al buscador le
ordenaba que cultivara la pureza de corazón por encima de cualquier otra cosa.
El Gurú dice, “La verdad es valiosa, pero todavía más valioso es el vivir
honestamente”.
Momento de su
partida
Cuando llegó su
momento de partir le fue indiferente la ceremonia que hicieran para disponer de
su cuerpo. Los hindúes querían hacer una cremación y los musulmanes enterrarle.
Sólo pidió bendiciones y flores: “Poned flores a cada lado de mi cuerpo, los
hindúes a mi derecha y los musulmanes a mi izquierda. Aquéllos cuyas flores se
conserven frescas mañana aplicarán sus deseos”. Entonces les pidió que rezaran
y le cubrieran con una sábana. El 22 de septiembre de 1539 en las primeras
horas de la mañana, Guru Nanak se fundió con la Luz Eterna del Creador.
Cuando sus
seguidores levantaron la sábana no encontraron nada más que flores que estaban
todas frescas. Los hindúes tomaron las suyas e hicieron una cremación con ellas.
Él veneró a
todas las religiones, respetó a los santos de todos los tiempos y lugares. No
enseñó ningún credo nuevo; predicó el amor, la fe y las acciones nobles. Para Él
toda la gente era Dios. En los hindúes y en los musulmanes contempló la visión
de Dios en el hombre. A todos los países y a toda la gente les cantó la melodía
del Naam o el Sagrado Verbo.
Discutió el
verdadero significado del ascetismo. Para Él no estaba en el tipo de ropa, ni
en la cabeza rapada, ni en soplar una concha, ni en las palabras, ni en los
baños en los sitios de peregrinaje sino en permanecer puro en medio de las
impurezas.
Defendía que el
carácter noble es una prueba más real para la grandeza humana que el nacimiento
noble. Nanak fue el profeta de la paz y buena voluntad, de la armonía y la
unidad. Dio luz a todos y su trabajo de amoroso servicio a la humanidad, como
manifestación del Inmanifestado, lo continuaron en forma vigorosa sus sucesores.
Guru Arjan Dev
Ji Maharaj, el quinto en la línea de sucesión de Nanak, recopiló los dichos de
los Maestros en el sagrado Granth, la Biblia de los Sikhs, incluyendo asimismo en
él los dichos de varios santos de otras religiones.
Así, en el
sagrado libro colocó los cimientos de espiritualidad y sabiduría que nos ha
llegado a través de los siglos y es considerado el Eterno Guru para siempre.
El Amor no busca
recompensa. Es una recompensa en sí mismo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario