Confucio - Kongfuzi, en
chino - (551-479 a. C.), Filósofo chino, creador del confucianismo y una de las
figuras más influyentes de la historia china. Nació en el pueblo de
Zou, en el país de Lu (hoy, provincia de Shandong) en 551 a. C., en el seno del
noble clan de los Kong. Su padre murió cuando Confucio tenía tres años, dejando
a la familia sumida en la pobreza. No obstante, Confucio
iba a recibir una esmerada educación. A los 19 años contrajo matrimonio y tuvo tres
hijos. Siendo aún joven, trabajó en la administración del estado de Lu logrando alcanzar el
rango de Ministro de Justicia. Años más tarde dimitiría de este cargo por no
aprobar la política llevada a cabo por el príncipe del estado al que servía. A
sus 54 años comenzó a viajar, visitando estado por estado, con el propósito de
llevar a la práctica su doctrina política. Finalmente, a los 68 años regresaría
a su estado natal lamentando no haber conseguido, pese a sus viajes, su
objetivo.
Su pasión por los
clásicos se fortaleció a raíz de la muerte de su madre (527 a. C.) y los
consiguientes tres años de luto, período que dedicó a meditar sobre asuntos
relacionados con la moral y las tradiciones de su país.
Confucio sentía que su
tarea consistía, no en crear ni innovar, sino en tender la mano al conocimiento
y métodos de sus antepasados. Acabado su período de
luto se propuso cambiar las costumbres de China para lo cual iba realizar una
intensa campaña educativa, comenzando así su carrera como maestro. Solía viajar
de un lado a otro para instruir a los contados discípulos que se reunían en
torno suyo. Su fama como hombre sabio y de carácter que veneraba enormemente
las ideas y costumbres tradicionales pronto se propagó por el principado de Lu.
Junto con sus alumnos recogió
y sistematizó los cinco grandes textos de la tradición china:
• El célebre I-King o
Libro de las Mutaciones.
• El Chu-King o Canon
de la Historia.
• El Chi-King o Libro
de las Canciones.
• El Li-Ki o Libro de
los Ritos
• Los Chun-Ching o
Anales de primavera y otoño.
Confucio jamás creyó
tener el Conocimiento completo pues lo consideraba imposible. Según este sabio
el Orden se conservaba mediante las costumbres: la correcta manera de caminar,
de saludar, de comportarse en compañía; los rituales de matrimonios, nacimientos
y entierros.
Para un buen gobierno,
según su doctrina, era importante la confianza de la gente, que no se puede
exigir sino que ha de surgir espontáneamente. Como también consideraba muy
importante el liderazgo.
El hombre superior no
nace, decía, sino que se hace mediante la autodisciplina. El hombre superior es
tranquilo y sereno y está condicionado solo por la justicia. Raramente
habla de la oración porque considera que toda la vida es una oración:
“Solamente si el corazón sigue el camino de la Verdad no necesitas rezar, Dios te
protegerá”.
Cuando Lao Tse (Confucio
fue contemporáneo de Lao Tse, Sócrates y Buda) enseñó que uno debería pagar la hostilidad
con buenos actos, Confucio respondió: Entonces, ¿con qué recompensaremos los
buenos actos? Hay que recompensar la hostilidad con justicia y los buenos actos
con buenos actos.
En un principio sus
ideas no fueron bien aceptadas, hasta que los gobernantes descubrieron que las
enseñanzas de Confucio aseguraban que ellos eran los únicos que debían gobernar
al pueblo.
Sus enseñanzas tenían
más un carácter práctico y ético que religioso. Confucio afirmaba ser el
restaurador de la antigua moral y que los propios actos externos, basados en
las cinco virtudes (bondad, honradez, decoro, sabiduría y fidelidad) configuran
el conjunto del deber humano.
Venerar a los padres, vivos
y muertos, fue uno de sus conceptos claves. Su idea del Gobierno era
paternalista y ordenaba a todos los individuos cumplir con rigor sus obligaciones
para con el Estado.
El confucianismo se
propone como un sistema de pensamiento orientado hacia la vida y destinado al
perfeccionamiento de uno mismo. El objetivo, en último término, no es la
“salvación”, sino la sabiduría y el autoconocimiento.
En los siglos
posteriores sus enseñanzas ejercieron una poderosa influencia en la filosofía y
en la historia de China.
Filosofía
La esencia de sus
enseñanzas es la buena conducta en la vida y el buen gobierno del Estado a
través de la práctica de las virtudes principales (caridad, justicia, amor filial
y respeto de la jerarquía), la preservación de la tradición, el estudio y la
meditación.
La mejora de cada
individuo ha de conducir, a través del ejemplo y de las acciones virtuosas, a
la recuperación del orden social. Armónicas relaciones entre:
gobernante/súbdito; marido/mujer; padre/hijo; maestro/discípulo así como entre amigos.
Las obligaciones en estas relaciones deben estar siempre equilibradas y si
alguien tiene que obedecer a su superior también puede indicarle cuando éste se
equivoca.
Una sociedad próspera
sólo puede conseguirse si se mantienen estas relaciones en plena armonía. Creía también
que la música y los rituales eran elementos muy importantes para conseguir la
armonía. Según él, ambos sirven para que el hombre se comunique con su contexto
y alimente y equilibre las relaciones sociales.
Confucio propugnaba el
gran valor que tenía el poder del ejemplo. Los gobernantes, decía, sólo pueden
ser grandes si ellos mismos llevan vidas ejemplares y se guían por principios
morales. De esta forma en sus estados se estimularía a los ciudadanos, que
llegarían a ser prósperos y felices.
“Hay Tao, es decir un
camino hacia lo correcto, solamente cuando los padres son padres, los hijos son
hijos y los dirigentes son dirigentes. La naturaleza del hombre es
fundamentalmente buena e inclinada hacia la bondad. La perfección de la bondad
puede ser encontrada en sabios y santos. Todo hombre debe guardar sus palabras
y cuidar su conducta. Todo individuo debe cultivar su persona, teniendo
consideración por los demás además de por sí mismo”
No hay comentarios:
Publicar un comentario