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viernes, 1 de septiembre de 2017

Personaje del mes: Confucio

Confucio - Kongfuzi, en chino - (551-479 a. C.), Filósofo chino, creador del confucianismo y una de las figuras más influyentes de la historia china. Nació en el pueblo de Zou, en el país de Lu (hoy, provincia de Shandong) en 551 a. C., en el seno del noble clan de los Kong. Su padre murió cuando Confucio tenía tres años, dejando a la familia sumida en la pobreza. No obstante, Confucio iba a recibir una esmerada educación. A los 19 años contrajo matrimonio y tuvo tres hijos. Siendo aún joven, trabajó en la administración del estado de Lu logrando alcanzar el rango de Ministro de Justicia. Años más tarde dimitiría de este cargo por no aprobar la política llevada a cabo por el príncipe del estado al que servía. A sus 54 años comenzó a viajar, visitando estado por estado, con el propósito de llevar a la práctica su doctrina política. Finalmente, a los 68 años regresaría a su estado natal lamentando no haber conseguido, pese a sus viajes, su objetivo.



Su pasión por los clásicos se fortaleció a raíz de la muerte de su madre (527 a. C.) y los consiguientes tres años de luto, período que dedicó a meditar sobre asuntos relacionados con la moral y las tradiciones de su país.

Confucio sentía que su tarea consistía, no en crear ni innovar, sino en tender la mano al conocimiento y métodos de sus antepasados. Acabado su período de luto se propuso cambiar las costumbres de China para lo cual iba realizar una intensa campaña educativa, comenzando así su carrera como maestro. Solía viajar de un lado a otro para instruir a los contados discípulos que se reunían en torno suyo. Su fama como hombre sabio y de carácter que veneraba enormemente las ideas y costumbres tradicionales pronto se propagó por el principado de Lu.

Junto con sus alumnos recogió y sistematizó los cinco grandes textos de la tradición china:

• El célebre I-King o Libro de las Mutaciones.

• El Chu-King o Canon de la Historia.

• El Chi-King o Libro de las Canciones.

• El Li-Ki o Libro de los Ritos

• Los Chun-Ching o Anales de primavera y otoño.

Confucio jamás creyó tener el Conocimiento completo pues lo consideraba imposible. Según este sabio el Orden se conservaba mediante las costumbres: la correcta manera de caminar, de saludar, de comportarse en compañía; los rituales de matrimonios, nacimientos y entierros.

Para un buen gobierno, según su doctrina, era importante la confianza de la gente, que no se puede exigir sino que ha de surgir espontáneamente. Como también consideraba muy importante el liderazgo.

El hombre superior no nace, decía, sino que se hace mediante la autodisciplina. El hombre superior es tranquilo y sereno y está condicionado solo por la justicia. Raramente habla de la oración porque considera que toda la vida es una oración: “Solamente si el corazón sigue el camino de la Verdad no necesitas rezar, Dios te protegerá”.

Cuando Lao Tse (Confucio fue contemporáneo de Lao Tse, Sócrates y Buda) enseñó que uno debería pagar la hostilidad con buenos actos, Confucio respondió: Entonces, ¿con qué recompensaremos los buenos actos? Hay que recompensar la hostilidad con justicia y los buenos actos con buenos actos.

En un principio sus ideas no fueron bien aceptadas, hasta que los gobernantes descubrieron que las enseñanzas de Confucio aseguraban que ellos eran los únicos que debían gobernar al pueblo.

Sus enseñanzas tenían más un carácter práctico y ético que religioso. Confucio afirmaba ser el restaurador de la antigua moral y que los propios actos externos, basados en las cinco virtudes (bondad, honradez, decoro, sabiduría y fidelidad) configuran el conjunto del deber humano.

Venerar a los padres, vivos y muertos, fue uno de sus conceptos claves. Su idea del Gobierno era paternalista y ordenaba a todos los individuos cumplir con rigor sus obligaciones para con el Estado.

El confucianismo se propone como un sistema de pensamiento orientado hacia la vida y destinado al perfeccionamiento de uno mismo. El objetivo, en último término, no es la “salvación”, sino la sabiduría y el autoconocimiento.

En los siglos posteriores sus enseñanzas ejercieron una poderosa influencia en la filosofía y en la historia de China.

Filosofía

La esencia de sus enseñanzas es la buena conducta en la vida y el buen gobierno del Estado a través de la práctica de las virtudes principales (caridad, justicia, amor filial y respeto de la jerarquía), la preservación de la tradición, el estudio y la meditación.

La mejora de cada individuo ha de conducir, a través del ejemplo y de las acciones virtuosas, a la recuperación del orden social. Armónicas relaciones entre: gobernante/súbdito; marido/mujer; padre/hijo; maestro/discípulo así como entre amigos. Las obligaciones en estas relaciones deben estar siempre equilibradas y si alguien tiene que obedecer a su superior también puede indicarle cuando éste se equivoca.

Una sociedad próspera sólo puede conseguirse si se mantienen estas relaciones en plena armonía. Creía también que la música y los rituales eran elementos muy importantes para conseguir la armonía. Según él, ambos sirven para que el hombre se comunique con su contexto y alimente y equilibre las relaciones sociales.

Confucio propugnaba el gran valor que tenía el poder del ejemplo. Los gobernantes, decía, sólo pueden ser grandes si ellos mismos llevan vidas ejemplares y se guían por principios morales. De esta forma en sus estados se estimularía a los ciudadanos, que llegarían a ser prósperos y felices.

“Hay Tao, es decir un camino hacia lo correcto, solamente cuando los padres son padres, los hijos son hijos y los dirigentes son dirigentes. La naturaleza del hombre es fundamentalmente buena e inclinada hacia la bondad. La perfección de la bondad puede ser encontrada en sabios y santos. Todo hombre debe guardar sus palabras y cuidar su conducta. Todo individuo debe cultivar su persona, teniendo consideración por los demás además de por sí mismo”

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