En un entorno donde la mayoría de la gente creía en
múltiples dioses, Abraham se mantuvo firme en la creencia
de un único Dios y fue esta misma creencia el origen de una
de las más importantes religiones de la historia de la
humanidad: la religión judía.
Desde niño, Abraham siempre se preguntó quién sería el
creador del mundo. En su afán de búsqueda, preguntó sobre
esta cuestión a su padre Terach, vendedor en una tienda de
figurillas de ídolos. La respuesta que obtuvo fue que Terach
sacando un ídolo de la estantería y mostrándoselo a
Abraham, afirmó que el ídolo había creado al mundo.
No satisfecho con la respuesta de su padre, Abraham
preguntó a su tío la misma cuestión. La réplica que obtuvo
fue que la luna y las estrellas eran las que habían creado el
mundo.
En ese tiempo y aunque Abraham no tenía la certeza aún,
sentía que debía haber un Todopoderoso en el cielo que
fuera el que creara el mundo... un único Dios.
Y fue este único Dios el que estableció una relación especial
con Abraham y sus descendientes por medio de la siguiente
promesa: “Tú serás el padre de muchas naciones y desde
hoy te llamarás Abraham; de ti saldrán reyes y naciones y a ti
y a ellos les daré toda la tierra de Canaan, como su herencia
para siempre; y yo seré su Dios “.
Llamado por el único Dios sale de Mesopotamia, rica región
en la cual su clan solía practicar la ganadería vendiendo los
productos en las ciudades de la Antigüedad.
Cuando pasaron por Egipto, Abraham y Sarah deciden
hacerse pasar por hermanos, porque el faraón pretendía a
Sarah y esto pondría en peligro la vida de Abraham. Pasado
un tiempo, el faraón descubrió que no eran hermanos, y los
expulsó de Egipto
No hay comentarios:
Publicar un comentario