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jueves, 10 de agosto de 2017

Personaje del mes: Lao-tsé

De Thanato - Trabajo propio, CC BY-SA 3.0

Lao-tsé (570-490 aC) fue un filósofo chino considerado el fundador del Taoísmo. Según la leyenda, Lao-tsé nació en la provincia de Henan y fue un bibliotecario de la corte. Se supone que dejó escrito el Tao Te-King (Libro de la Vía y de la Virtud), el gran tratado filosófico chino, cuando abandonó China para irse a vivir a un lugar desconocido. Con mucho, el Tao Te-King es la obra literaria más traducida del chino y tuvo una enorme influencia en el pensamiento y la cultura orientales.

Este libro, que cuenta con tan sólo 10.000 caracteres, parece ser una antología que recoge antiguas enseñanzas, aunque la densidad de su estilo sugiere que es obra de un único autor. La mayor parte del libro está compuesta por rimas y puede ser leído como un largo poema filosófico.

Enseña que “el camino” del mundo se realiza con mayor aprovechamiento abandonando las categorías y los valores en favor de la percepción espontánea. Relatos y mitos posteriores integraron a Lao-tsé en la religión china, convirtiéndole en una deidad principal de la religión Taoísta que revelaba los textos sagrados a la humanidad; algunas leyendas sostienen que tras salir de China se convirtió en Buda.

Lao Tse no promovió ninguna organización para trasladar sus enseñanzas, ni predicó en ningún lugar. Un relato chino que expresa la profundidad del concepto Tao cuenta que un viejo maestro Taoísta, después de muchos años de experiencia y trabajo interior, recibió la iluminación sobre la verdadera naturaleza del Tao. A punto de morir, varios discípulos que rodeaban su lecho lo interrogaron: “Maestro, te tenemos por el hombre más sabio y nos consta que has penetrado en el conocimiento del Tao. ¿Podrías decirnos en este momento qué es el Tao verdadero?”. El anciano abrió lentamente los ojos y, con una sonrisa en los labios, contestó: “El Tao verdadero es el Tao verdadero”. Al instante murió.

Principios básicos del Taoísmo

Las creencias filosóficas y místicas esenciales Taoístas se encuentran en el Tao-te Ching (El Camino y su poder), un texto atribuido a la figura histórica de Laozi (Lao-tsé), y en el Chuang-tzu, un libro de parábolas y alegorías que data del siglo III aC, pero atribuido al filósofo Chuangtzu.

Mientras el confucionismo exhorta a los individuos a someterse a las normas de un sistema social ideal, el Taoísmo mantiene que el individuo debe ignorar los dictados de la sociedad y sólo ha de someterse a la pauta subyacente del universo, el Tao (camino), que no puede ni describirse con palabras ni concebirse con el pensamiento.

Para estar de acuerdo con el Tao, uno tiene que “hacer nada” (wu-wei), es decir, nada forzado, artificial o no natural. A través de la obediencia espontánea a los impulsos de la esencia natural propia de cada uno y al despojarse a sí mismo de doctrinas y conocimientos, se alcanza la unidad con el Tao y de ello deriva un poder místico (Tô). 

Este poder permite trascender todas las distinciones mundanas, incluso la distinción entre la vida y la muerte. En el orden sociopolítico, los Taoístas pedían un retorno a la vida agraria primitiva. Buscaban una empatía con la naturaleza, no dominarla.

La meta del Taoísmo es ajustarse a los modos de la naturaleza y la fusión con el Todo (Tao). Los taoístas pensaban que las reglas estrictas de disciplina, personales o gubernamentales, resultaban artificiales y tendían a deformar la naturaleza humana y a alejarlos del Tao. Por lo tanto, un rasgo del Taoísmo es que tiende a ser anti-autoritario y anti-estatal.

De widodo - D:\Photo's\thaysanglawcin.jpg, CC BY-SA 3.0
El Taoísmo aconseja humildad, resignación a las cosas que están al alcance de la mano, falta de ambición. Como preceptos exige no matar, no beber alcohol, no mentir, no robar y no cometer adulterio. Además recomienda como virtudes la piedad filial, lealtad, bondad hacia las criaturas, paciencia, sacrificio de sí mismo por los pobres, liberar a los esclavos, plantar árboles y hacer caminos, enseñar al ignorante y hacer las ofrendas a los dioses.

Los practicantes taoístas seguían un método de trabajo. La palabra Chi, aunque literalmente significa aliento realmente es Energía Vital. Los taoístas utilizaban la palabra Chi para referirse al poder del Tao dentro de ellos. Para maximizar el Chi, todos los taoístas trabajaban con tres cosas: la materia, el movimiento y sus mentes.

Lo que ellos buscaban era un incremento de la vida que garantizara la inmortalidad física. Desarrollaron ejercicios de respiración trabajando con el aire que es la forma más sutil de la materia. Perseguían atraer el Chi de la atmósfera. Sus esfuerzos iban encaminado a extraer el Chi de todo tipo de materia en su forma líquida, sólida o gaseosa. También tenían programas de ejercicio físico como el Tai-Chi-Chuan que reúne meditación, filosofía yin-yang y arte marcial para extraer el Chi del cosmos y desbloquear su flujo interno.

También se desarrolló una meditación taoísta que se cerraba a las distracciones y vaciaba la mente hasta tal punto que el poder del Tao pudiera traspasar los filtros del cuerpo y llegar al Ser directamente. La limpieza y la calma emocional se constituían como los preliminares necesarios para llegar al completo conocimiento del Ser por medio de la meditación. Se recomendaban posturas físicas semejantes a las asanas indias y respiración controlada.

TAO

Una lectura del Tao-te Ching permite comprender que todo gira alrededor del concepto del Tao. El Tao se traduce literalmente como el camino y se puede entender de tres maneras diferentes:

En primer lugar, el Tao es el camino de la realidad última. No puede ser percibido ni concebido claramente porque es demasiado amplio para la razón humana. El Tao del que se puede hablar no es el verdadero Tao. El Tao puede considerarse como el útero desde donde surge toda la vida y luego retorna.


De Gregory Maxwell - Dominio público
En segundo lugar, el Tao es el camino del Universo, la norma, el ritmo. El poder que conduce a todo en la naturaleza, el principio que ordena toda la vida. Espíritu en lugar de materia, no puede ser agotado puesto que es la fuente que siempre mana.

Por último, el Tao es benigno. Está lleno de gracia en lugar de abrupto. Fluye en lugar de estar vacilante, es infinitamente generoso. Siendo el dador de toda la vida se le puede llamar la madre del Universo.

El Tao es el origen y la fuente de lo que existe y de la verdad, el primer principio del que derivan los opuestos yin-yang y de las criaturas del universo. El individuo no debe obstaculizar la actividad del Tao por lo que debe perfeccionarse aislándose de la vida social, no actuando y tratando de alcanzar la inmortalidad. El Tao es considerado como un orden cósmico que se alcanza místicamente a través de la fe, manifestando una visión personal del mundo y un estilo de vida

El agua es el más cercano paralelismo al Tao en el mundo natural. El bien supremo es como el agua que alimenta todas las cosas sin intentarlo.

Al Tao se le llama la Gran Madre. Vacío, pero inagotable, Da nacimiento a infinidad de mundos. Se halla siempre presente en tu interior. Puedes usarlo del modo que quieras.

Hay algo sin forma y perfecto que existía antes que el universo naciera. Es sereno. Vacío. Solitario. Inmutable. Infinito. Eternamente presente. Es la madre del universo. A falta de un nombre mejor lo llamo Tao.


Término clave en las religiones chinas, el pictograma del Tao está compuesto por dos elementos: Uno significa “camino o vereda” y el otro “cabeza”. Este signo quiere decir “el camino del hombre”

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